IMPULSO/Agencia SUN
Toluca
Las fronteras en el Estado de México son ahora más peligrosas para los piperos que transportan energéticos. Empresarios del ramo han reportado que el robo de gas licuado de petróleo (LP) va en incremento desde 2015 en la zona limítrofe con Puebla, Tlaxcala e incluso en Morelos. Los inversionistas aseguran que en esta zona operan por lo menos dos bandas que asaltan a los camioneros en las carreteras, quienes se llevan las pipas a terrenos baldíos y las ordeñan y abandonan en cuestión de minutos.
Durante el año pasado, los gaseros reportaron el robo de 200 pipas, en promedio, una cada semana. En este primer cuatrimestre de 2017, ya van 100, y los delincuentes han mostrado una mutación en su modus operandi, pues anteriormente se llevaban las de doble remolque que cargaban hasta 80 mil litros del combustible, ahora prefieren las pequeñas con cinco mil, pues éstas son ordeñadas en media hora.
Según las investigaciones que han hecho las empresas afectadas —poco más de 50 en todo el Valle de México, compartida con las procuradurías de las entidades donde se levantan las denuncias por este ilícito, el combustible robado se vende en todos los municipios del Estado de México en las llamadas gaseras clandestinas, las cuales han proliferado en la región.
A la fecha, se han contabilizado por lo menos 50 más de las que se tenían registro en noviembre del año pasado. Éstas compran el combustible en cinco pesos, dos pesos más barato que la tarifa establecida por Petróleos Mexicanos (Pemex). Todo se maneja en efectivo y sin comprobar nada a la Secretaría de Hacienda, lo que, dicen los gaseros afectados, es otro delito y de alto riesgo, pues no se toman las medidas de seguridad necesarias para la venta del combustible.
El robo de este hidrocarburo representa una pérdida millonaria para los gaseros establecidos en la región, se habla de que todo este gremio pierde más de 10 millones de pesos mensualmente por el robo del combustible, ello sin tomar en cuenta las afectaciones que esto representa para la autoridad federal, que ya detectó la evasión de impuestos de las gaseras clandestinas.
Corrupción y sobornos
Por este millonario negocio, la Agencia Nacional de Seguridad Industrial y de Protección al Medio Ambiente del Sector Hidrocarburos (ASEA) ya inició una investigación y ha logrado detectar a dos empresas que no han comprobado, de manera fehaciente de dónde obtienen el producto que venden; asimismo, se detectó que una ramificación de los llamados huachicoleros, que tienen su base en Puebla, podría ser la encargada de robar, ordeñar las pipas y después vender a un precio más barato el gas LP en los lugares clandestinos, incluso en cilindros en colonias populares.
“Ya estamos cansados de esta situación, hay denuncias aquí en el Estado de México, en Puebla y Tlaxcala y todas las fronteras con esta entidad, pues los robos ocurren en tierra de nadie, en carretera, así, por ejemplo, los de Puebla no se hacen responsables, los del EDOMEX tampoco y los únicos afectados somos nosotros. Hemos hecho investigaciones y nos damos cuenta de que es gente peligrosa, los huachicoleros tienen el equipo, las herramientas y saben cómo ordeñar las pipas, de hecho, nosotros nos damos cuenta porque las pipas en las que surten se ven piratas, las denunciamos, pero la corrupción es muy grande, nunca los detienen”, sentenció Rodrigo de la Garza, empresario gasero afectado.
La investigación de la ASEA ha detectado la proliferación de las gaseras clandestinas en Chimalhuacán, Chalco, Naucalpan y Texcoco. En estos lugares, los expendios del combustible no cuentan con los permisos necesarios para operar, además de que están en lugares prohibidos para establecerse, pues están enfrente de escuelas, unidades habitacionales y hospitales, violando lo establecido por Coordinación de Protección Civil del Estado de México.
“La corrupción es muy fuerte, sólo la gasera de Chimalhuacán se ha clausurado siete veces en este año y luego llegan los empleados y con total impunidad quitan los sellos, se sienten protegidos por este personaje”,
RODRIGO DE LA GARZA,
Empresario.
En la mira de la ASEA están las empresas Chimalgas y Gas Fénix, a las que se relaciona con empresas que no cumplen con las medidas de seguridad establecidas por Protección Civil para vender el energético, la investigación de la instancia federal detalla que una se encuentra en Chalco, junto a un paradero de combis del transporte público, otra en Naucalpan, sobre la México-Texcoco, y una más en Chimalhuacán, la cual fue clausurada apenas la semana pasada.
La gaseras operan con irregularidades
La autoridad federal y las denuncias de los empresarios afectados dan cuenta de que estas gaseras operan impunemente, pues tienen el cobijo de su representante legal, Miguel Ángel Vázquez, quien a principios de la administración de Eruviel Ávila fue el director de Protección Civil en la entidad. Aseguran que por sus influencias otorga los permisos e incluso retiran impunemente los sellos de clausuras que se les colocan por cuestión de seguridad.
DATO:
Otras gaseras también fueron clausuradas; sin embargo, debido a la impunidad que impera entre las autoridades en el Estado de México, les retiran los sellos a las 24 horas y siguen operando a pesar de la inconformidad de vecinos.