Por Teodoro Rentería Arróyave
Para viernes 8 de octubre de 2021.
SEXTA ÚLTIMA PARTE
Concluimos con los puntos relevantes de la “Declaración Ciudad de México” que se acordó por unanimidad en la reciente reunión de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, CELAC, seleccionados y sintetizados bajo la perspectiva del reportero:
Los mandatarios participantes en la trascendente reunión, resaltan la necesidad, de establecer estrategias comunes para fortalecer la coordinación en materia de gestión y reducción de riesgo de desastres, la asistencia humanitaria, la recuperación y la resiliencia, sobre la base de los mandatos del Marco de Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastres 2015-2030 y los principios rectores de la Asistencia Humanitaria Internacional aprobados por la Resolución 46/182 de la Asamblea General de las Naciones Unidas. En este sentido, respalda el establecimiento de un fondo voluntario para facilitar una mejor respuesta regional a desastres.
Ratificaron el carácter de zona libre de armas nucleares de nuestra región, al reafirmar que un mundo sin armas nucleares es fundamental para el cumplimiento de los objetivos prioritarios de la humanidad como son la paz, la seguridad, el desarrollo, y la protección del medio ambiente; así́ como la necesidad urgente de lograr la eliminación total de las armas nucleares. Asimismo, reconoce la entrada en vigor del Tratado de Prohibición de las Armas Nucleares, el 22 de enero de 2021, y su contribución al régimen de desarme nuclear. En este sentido, llama a redoblar esfuerzos para avanzar en pasos concretos que nos acerquen hacia el fin último de un mundo sin armas nucleares. Es de recordarse el Tratado de Tlatelolco del 12 de febrero de 1967, primero en su género en la historia mundial.
Así mismo reafirmaron que el Problema Mundial de las Drogas es una responsabilidad común y compartida, que ha de abordarse de conformidad con la Convención Única de 1961 sobre Estupefacientes enmendada por el Protocolo de 1972, el Convenio sobre Sustancias Psicotrópicas de 1971, la Convención de las Naciones Unidas contra el Trafico Ilícito de Estupefacientes y Sustancias Psicotrópicas de 1988, que constituyen la piedra angular del sistema de fiscalización internacional de drogas, y otros instrumentos internacionales pertinentes, en un entorno multilateral mediante una cooperación internacional más intensa y efectiva.
En sentido, exigen a sus gobiernos un enfoque integrado, multidisciplinario, equilibrado, sostenible, amplio, respetuoso de los Derechos Humanos y basado en la evidencia científica, con medidas que se refuercen mutuamente.
Reiteraron su profundo rechazo a todo acto de terrorismo en todas sus formas y manifestaciones, sin importar sus motivaciones, financiamiento, lugar y persona que lo haya cometido. Reitera su preocupación por el extremismo violento que pueda conducir al terrorismo. Destaca su compromiso para fortalecer la cooperación internacional, sobre la base de asistencia judicial recíproca, y robustecer los mecanismos regionales para combatir la financiación al terrorismo incluido el lavado de activos que tienen una relación directa con la Delincuencia Organizada Transnacional.
Reafirma la necesidad de negar cobijo, libertad de operación, circulación y reclutamiento y apoyo financiero, material o político a grupos terroristas o a todo aquel que apoye o facilite la financiación, planificación o preparación de actos terroristas o participe o trate de participar en estas actividades, y renueva su compromiso de adoptar las medidas prácticas que sean necesarias para que nuestros territorios no se utilicen para ubicar instalaciones terroristas o campamentos de adiestramiento ni para preparar u organizar un acto terrorista o actos terroristas contra otros Estados o sus ciudadanos o incitar a su comisión.
En esa misma línea reiteraron su rechazo a la aplicación de medidas coercitivas unilaterales contrarias al derecho internacional, incluyendo las listas y certificaciones que afectan países de América Latina y el Caribe.
Destacan la importancia de las tecnologías de la información y las tecnologías de la comunicación, incluido el internet, como herramientas para fomentar la paz, el bienestar humano, el desarrollo, el conocimiento, la inclusión social y el crecimiento económico. Reafirma el uso pacifico de las TIC e insta a la comunidad internacional a evitar y abstenerse de realizar actos unilaterales que no sean compatibles con los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas, la Declaración Universal de los Derechos Humanos y el Derecho Internacional, tales como aquellas que tienen como objetivo subvertir sociedades o crear situaciones con el potencial de fomentar conflictos entre Estados. Al mismo tiempo, subrayan la necesidad de que, con el uso de las TIC, no se vulnere el derecho a la privacidad de las personas.
Saludaron la creación de la Agencia Latinoamericana y Caribeña del Espacio, ALCE, con miras a fortalecer las capacidades regionales e impulsar la cooperación, colaboración, investigación, desarrollo y transferencia de tecnologías entre los Estados latinoamericanos y caribeños, para la realización de actividades de exploración y utilización del espacio ultraterrestre con fines pacíficos.
Y resaltaron su compromiso de apoyo y avances que facilitaron la conclusión del proceso de reflexión, el pasado 24 de julio de 2021, en el marco de la XXI Reunión de Cancilleres de la CELAC, celebrada en la Ciudad de México; y toma nota de las lecciones aprendidas en ese proceso para la revitalización de nuestra Comunidad, a través de la ejecución de los planes de trabajo desarrollados por la Presidencia Pro Tempore, ostentada por México durante el bienio 2020 y 2021 y el empeño para contribuir al fortalecimiento y posicionamiento de América Latina y el Caribe, en el actual contexto político regional y global.
Finalmente los Estados miembros la CELAC, expresan su más amplio agradecimiento al pueblo y al gobierno de México por el excelente recibimiento brindado y la exitosa realización de la VI Cumbre de Jefas y Jefes de Estado y de Gobierno de la CELAC, celebrada en la Ciudad de México, el 18 de septiembre de 2021. De acuerdo, quedó CONFIRMADA LA UNIDAD LATINOAMERICANA Y CARIBEÑA.