Diciembre 26, 2024
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Telar de cintura, tradición de generaciones

Destaca la artesana Reyna Rayón que empezó a tejer a los cinco años de edad y, por cuestiones escolares, lo retomó cuando tenía 11 años.

IMPULSO/ Toluca

Reyna Rayón Salinas, oriunda de San Francisco Xonacatlán, compartió datos interesantes sobre su vida dedicada al telar de cintura, actividad que viene desarrollando desde muy corta edad y que le ha dejado muchas satisfacciones a través de voces mexiquenses, de cultura en un Click.

Una serie de entrevistas en las que la audiencia puede adentrarse en la vida de quienes, con su trabajo en disciplinas muy diversas, le dan identidad al territorio mexiquense y son motivo de orgullo para sus habitantes.

“Me siento orgullosa porque mi mamá era muy buena tejedora y cuando yo era niña de cuatro o cinco años, me llamaba mucho la atención tejer como ella y yo le ayudaba a hacer trama”, recordó la principal promotora de la cultura del telar de cintura.

“Me gustaba la elaboración de figuras, pero mi mamá no me quería enseñar porque decía que era muy cansado; entonces, a escondidas hice mi pequeño telar y empecé a hacer urdimbre”, compartió la maestra tejedora.

Al tiempo, su mamá le regalaba materiales sobrantes para, como refiere Reyna, jugar con ellos, sin embargo, ya con eso hacía fajillas.

Las primeras ventas que tuvo fueron a través de su mamá, ya que acudía a vender sus productos los viernes de tianguis, al exterior del Cosmovitral; ya tenía sus clientes extranjeros quienes compraron las fajillas hechas por Reyna, motivo de mucha alegría para ella.

Asimismo, destacó que se siente muy orgullosa de ser hija de padres tejedores. Su mamá, de telar de cintura, y su papá, de telar de pedal o colonial.

“De ellos aprendí el conocimiento y ahora tengo nietas que han seguido esta técnica también por propio gusto. Mi nieta de 11 años me dice “abuelita quiero tejer como tú”, y ya debutó en una Noche de Museos como tejedora”, platicó.

Para Reyna, sus piezas favoritas son los quexquémetl, rebozos, fajas y chincuetes que son parte de la indumentaria indígena.

“Amo mi telar y los tintes naturales, tengo los conocimientos desde trasquilar el borrego, lavar la lana, cardarla, hilarla, teñirla y elaborar las prendas”, detalló orgullosa.

“Me siento feliz y contenta de compartir mis conocimientos porque así las personas pueden generar ingresos desde sus casas”, expresó.