Melosa noche con Filippa Giordano en el Teatro Morelos de Toluca
IMPULSO/Félix Morriña
La noche del pasado sábado 10 de marzo, el clima de la capital mexiquense estuvo ad hoc para un recital de ópera pop, con interpretaciones de balada italiana, boleros, canciones rock pop y mariachi en el Teatro Morelos, foro que no se llenó durante la única presentación de la cantante italiana nacionalizada mexicana, Filippa Giordano.
La intérprete del ‘bel canto’ salió ataviada de un cuidadoso y bien diseñado vestido blanco tras la obertura, hecha por su director musical y pianista, Mario Santos, para interpretar por espacio de dos horas y media, con todo y ‘encore’, un nutrido recorrido sonoro de toda su trayectoria artística, en la que fue narrando, todo el tiempo, su historial, sus anécdotas, pasajes familiares y ocurrencias que mantenían atentos a la audiencia, mayoritariamente adultos contemporáneos, algunas familias que intentaban compartir el conocimiento a sus primogénitos y parejas que se dieron cita para pasar una amena melosa velada.
Filippa llenó el escenario con su sola presencia, recorrió el entarimado cual reina de la noche; el bluf que le caracterizó sedujo al respetable toluqueño a la menor provocación. Dominó el espacio, al grado de no salirse del guión premeditado para que esta fórmula funcione a la perfección. La Giordano cambió de vestuario tres veces, durante la primera etapa, homenajeó a José Alfredo Jiménez y a Armando Manzanero, dos pilares de su espectáculo, donde puso al arrabal, a la cantina en un sitio comodino, lejos de los pesares etílicos y de los peligros del corazón.
En la segunda etapa, Filippa salió ataviada con un outfit de noche para cantar un ‘set’ de canciones pop que fueron de The Police a Whitney Houston, pasando por Wham!, Abba, Gloria Gaynor y Bee Gees, entre otros éxitos radiales de los años 90 del siglo pasado. En la última etapa, apareció con un elaborado vestido rosa mexicano con atuendos florales y un sombrero acorde al atuendo para recalcar su gusto por la música mexicana, en especial al mariachi, por lo que el Mariachi Fiesta de México fue el ensamble perfecto para acompañarla y para fortalecer los intermedios-descansos de la ‘prima donna’. Pocos conjuntos de mariachis logran lo que Mariachi Fiesta de México, ser músicos capaces de no sólo tocar bien el repertorio vernáculo, sino también música clásica y los famosos crossovers de Filippa Giordano.
La que fuera corista de Eros Ramazzotti (de quien cantó dos éxitos al principio del recital), hizo cantar por vez primera los temas “Granada” de Agustín Lara y “Me cansé de rogarle” de José Alfredo Jiménez a su padre, el tenor Marcello Giordano, quien viajó especialmente para esta presentación en Toluca, logrando sacar la casta familiar operística al final. Para la cantante italomexicana, Toluca le representa un sitio idóneo para dar a conocer su proyecto de vida musical, un lugar donde le aprecian desde que se presentó en la Feria del Alfeñique del 2013. En uno de los impases del concierto, Filippa Giordano informó a su audiencia que es embajadora de la Cruz Roja en México, por lo que invitó a que compraran sus discos, ya que lo recaudado se aporta a esta institución tan importante para la sociedad mexicana.
¿Qué le hizo falta a este sofisticado meloso recital?, en apariencia, ¡nada!, pero a este interlocutor le recordó que este tipo de encuentros sonoros los ha vivido en otras épocas, en otros momentos y en diferentes sitios. Hubiera sido afable, cordial e idóneo la venta de algunas bebidas apropiadas a esta música de centro nocturno light. Recuerdo la Cueva de Amparo Montes, el centro de espectáculos El Patio y salones de hoteles cinco estrellas de la hoy CDMX, donde disfrutabas la velada con esta música, bien acompañado y con un buen trago en la mano. Entonces, el ir y venir de las meseras ornamentaban bien cada pieza, pero acá, ni el humo del cigarro existió, mucho menos los brebajes requeridos, tan sólo agua, refresco, ‘bluff’ y la intolerable frívola actitud de los toluqueños, pero dispuesto estaba su “Servibar y amigo” de no dejarse someter a esas formas sociales del Valle de Toluca para estar bien conmigo y con mi Chrissie Hynde del altiplano mexiquense. ¡Salud!
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