Diciembre 24, 2024
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Rambo sufre una batalla real

IMPULSO/Agencia SUN
Ciudad de México
Las cifras son duras y están muy por encima de la ficción: 26 mil personas, la mayoría mujeres, muchas de ellas niñas, son víctimas de trata en todo el mundo, según cifras oficiales de las Naciones Unidas.
“Y yo creo que es el doble de eso”, repara Sylvester Stallone en entrevista con EL UNIVERSAL.
Uno de sus personajes icónicos ha decidido no esconder vulnerabilidades. Rambo era un cúmulo de soledad, lo que provocaba ríos de sangre en selvas y desiertos. Ahora decidió abrirse con una familia adoptiva de origen mexicano con quien vive en un racho de Arizona. Su “sobrina”, llamada Gabrielle (Yvette Monreal), y la abuela de ésta, María (Adriana Barraza), lo muestran por fin más emocional.
“Todos debemos saber que la familia es lo que más importa. Es algo por lo que probablemente morirías, ahora no es la guerra, sino algo muy personal. Rambo finalmente tiene una familia, sabe que la guerra le hizo perder el tiempo y quiere cuidar de esa familia”, detalla el actor.
Habla de su nueva película Rambo: last blod, coescrita por él, en la que el conflicto se da luego del secuestro de Gabrielle a manos de un grupo criminal mexicano. El personaje icónico buscará rescatarla, lo que cobrará vidas en una suerte de violencia de escenas más bien graciosas en ambas fronteras.
Pero Stallone, que es padre de tres hijas — Scarlet (de 17 años), Sistine (de 21), Sophia (de 23)— está consciente de que hay una violencia real. Por eso, reconoce, su nueva cinta esboza los miedos de millones de personas respecto al secuestro y trata de mujeres.
“Es un ‘negocio’ multimillonario casi tan grande como las drogas. Y nada pasa ahí”, se lamenta.
“Me hubiera gustado ir más sobre estadísticas pero la gente puede imaginarse todo eso. No quería que la idea abarcara toda de la película, pero es algo sorprendente, ¿no?”.
El actor optó por presentar su cinta a los medios mexicanos. Aclara que no buscó politizar el tema froterizo, pues la trata de personas y los problemas que pueden afectar a una familia que sufre el secuestro de un ser querido son mundiales.
“No, esta película no es sobre lo que pasa en México y Estados Unidos. Este es Rambo que ha vivido durante años con esta familia en un lugar fronterizo. No pretendo tomar ninguna posición ideológica al respecto”, enfatiza.
El director del filme, Adrian Grunberg, quien ya había capturado temas similares en la cinta Atrapen al Gringo, con Mel Gibson, secunda a Stallone: “Rambo entiende bien la realidad. No podemos negar las realidades fuertes de este momento, que son las drogas y la trata de blancas, por eso él quiso abordar el tema como escritor”.
Stallone reitera que los conflictos de sus películas son universales. Cree que muchos ven en Rambo y en Rocky una forma de hacer catarsis de sus propios conflictos a través de cintas que son poco verosímiles, pero entretenidas y sin tantas pretensiones.
“Cuando te presionan el botón, cuando te quitan lo que amas, te conviertes en el peor, en alguien salvaje, y es por eso que Rambo quiere matar no a uno, sino a cientos, porque siente un gran dolor”, comenta el actor.
“Intento que se entienda eso. No intento hacer una horrible caricatura de acción. En realidad esto es lo que esta clase de individuos hace cuando está en una batalla real. En la vida real no es un cuchillo que te entierran, creo que los soldados podrían morir 40 veces y no lo hacen. Cuando la gente así pelea por su vida, es muy difícil de detener”.

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