La imagen Guadalupana encierra muchos misterios; para el pueblo católico es una advocación a la “Virgen del Cielo” que quiso manifestarse al pueblo mexicano desde 1531 para dar a conocer a la “madre del verdadero Dios por quien se vive”; pero para la cultura náhuatl encierra todo un Códice que sólo desde los ojos de la fe se puede entender.
Los antiguos mexicanos en los códices conservaban su historia y tradiciones. Así que “Cuahtlapcupeuh” o “La que ahuyentó a la serpiente”, representa en sí la imagen no de una doncella india, ni a una española, sino a una nacida de ambas razas: mestiza.
A 490 años del relato de las apariciones guadalupanas, en todo el país se mantiene vigente la devoción a la Virgen del Tepeyac y la elaboración de ésta, representa todo un privilegio.
Fotos: Arturo Hernández Sánchez
Tal es el caso de Salvador de Jesús González, quien en la comunidad de San Andrés Cuexcontitlán dirige un taller junto con otras siete personas que elaboran figuras de resina de “la Guadalupana”.
Las imágenes que van desde los 25 hasta 1.80 centímetros, les han “devuelto la esperanza”, ya que durante el confinamiento por la pandemia de Covid-19, muchos talleres tuvieron que cerrar por falta de trabajo.
Actualmente, comienzan a reactivarse y las imágenes de la Virgen de Guadalupe, por las celebraciones del 12 de diciembre, contribuyen a que su economía mejore y también a que se propague su devoción.
