Aunque muchas personas dedicadas al circo se vieron obligadas a cambiar temporalmente de rubro, gastar sus ahorros o irse del país como consecuencia de la pandemia, la mayoría todavía está dispuesta a volver a presentarse y recuperar su actividad.
Ernesto de la Cruz, coordinador de uno de los espectáculos más importantes del Circo Atayde Hermanos, considera que la labor a la que se dedica desde hace 35 años se ha salvado gracias al gusto que el público mexicano tiene por el arte circense.
Mientras no podían presentarse, los artistas circenses que se quedaron en las carpas optaron por ofrecer las golosinas que se suelen vender durante las funciones.