Por: Arturo Albíter Martínez
- Desde el miércoles en la noche era un hecho. Alejandra del Moral dejaría el CDE del PRI, ahora a especular quien es el relevo.
- Quien sea que ocupe la dirigencia será un priista de toda la confianza del mandatario, como siempre ha ocurrido.
- Que el gobernador apoya la Alianza con el PAN y el PRD, pero el candidato debe ser del partido que más votos sumó la pasada elección.
Desde el año pasado, la salida de Alejandra del Moral del PRI parecía un hecho, ya había cumplido con su tarea en la pasada elección y ahora, instalada como una de las aspirantes del PRI a la candidatura por la gubernatura parecía que era cuestión de días.
DESPEDIDA DE ALEJANDRA DEL MORAL Y DARÍO ZACARÍAS
Con varios minutos de retraso, se presentaron los dos principales representantes del PRI en la entidad.
Fiel a su estilo, Darío Zacarías fue un desastre ante el micrófono, su mensaje “cantinflesco” resultó incluso aburrido. A pocos les importó lo que dijo el secretario general, uno de los hombres consentidos de la administración.
Ya lo hemos comentado, llegó de titular de Sedagro, no le gustó, entonces prefirió ser candidato, perdió, entonces sí le gustó el gabinete, vio que no había mucho que hacer, entonces buscó ser el secretario general del PRI.
Alejandra del Moral tampoco fue clara en su despedida, pero llamó la atención que entre todos los agradecimientos uno fue especial, el que le dedicó a los trabajadores del CDE y es que le tocó ser dirigente en una etapa económicamente difícil.
Gracias, gracias y gracias de parte de los dos priistas, saludaron a los invitados y se fueron.
¿QUIÉN OCUPARÁ EL CARGO?
Esa fue la pregunta del día. Para nadie es un secreto que será el mismo mandatario estatal el que decida quién será el encargado de ocupar esa oficina. Y varios de los que se mencionan causan desconfianza y hasta horror.
No se necesita ser un súper analista para saber que ese espacio lo va a decidir el llamado primer priista y buscará que sea un hombre de su confianza el que se encargue de dirigir los trabajos del partido.
En este caso, es necesario comentar como muchos priistas lo hacen “en corto” que durante este periodo, el apoyo del gobernador al PRI se ha notado muy frio. Pocos mandatarios se han visto tan lejanos, incluso el mismo Eruviel Ávila que empezó a desmantelar estructuras no fue tan indiferente.
Pero de igual forma y cualquiera que sea la intención; en verdad competir para ganar la elección o mantener un candidato a modo para perderla y que gane Morena, necesita operadores de confianza que obedezcan órdenes.
LA FÓRMULA DE MANDAR UN OPERADOR SIN EXPERIENCIA, YA DEJÓ EN CLARO QUE NO FUNCIONA
De los hombres cercanos que se mencionan para ser el próximo dirigente, se mantienen los nombres de Miguel Ángel Torres y Eric Sevilla.
Con el primero, la fórmula sería similar a la que aplicaron con Elías Rescala en el Congreso local. Mandar a un operador de toda la confianza, sin importar que no sepa y no tenga la más remota idea de la labor que va a realizar. El objetivo es que sea un “cercano”.
El resultado ya se vio en el caso de Elías Rescala. No sabía lo que hacía el líder de la bancada. Desde el hecho que llega y los priistas no tienen oficinas, hasta que pasaron varias semanas para que se reuniera con todos los legisladores de “su” partido.
Ya hablar de la aprobación del presupuesto hasta la última semana de enero y que el GEM haya bajado el monto de la deuda para que le dieran luz verde, es la comprobación de lo arriesgado que suena aplicar la misma fórmula en el PRI.
Eric Sevilla tiene más formación de partido, pero de todas formas ha hecho más enemigos en cuatro años y medio en Sedesem que aliados. Su tibieza y el hecho de no tener el control de la oficina lo ponen en una difícil situación.
A final de cuentas, pocos son los que saben quién será el que ocupe el lugar, pero el mensaje será determinante con miras a la elección del próximo año.
ALIANZA CASI SEGURA
Aunque en algunos momentos parece que los priistas no quieren una Alianza con el PAN y el PRD, todo apunta a que el mandatario, su grupo cercano, la dirigencia nacional y la mayoría de tricolores están convencidos que ese pacto se debe mantener.
Siempre y cuando el candidato sea del PRI, para lo cual se basan principalmente en el hecho de que en la pasada elección fueron los que tuvieron el mayor número de votos. Ese será un problema, sobre todo con los panistas que ven en Enrique Vargas al gran candidato que le cerrará el paso a Morena.