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Graciela Meza Díaz*

El regreso a clases en medio de la pandemia: retos para el sector educativo

El Estado de México es la entidad federativa con la matrícula escolar más grande del país, con casi 5 millones de alumnos de todos los niveles educativos y más de 20 mil planteles escolares entre públicos y particulares; mismos que el pasado 30 de agosto recibieron la indicación oficial de la Secretaria de Educación Pública de regresar a clases de forma presencial. 

Al respecto y a casi dos meses de debatir las ventajas y desventajas de un retorno seguro a las aulas en medio de la pandemia por el Covid-19 se puede dar un panorama de los resultados que hasta el día de hoy tenemos en el sector educativo.

El regreso a clases en el Estado de México ha sido de forma paulatina, organizada y voluntaria, más de 2 millones 800 mil estudiantes ya se encuentran activos en sus planteles. En el caso del sector educativo particular, los padres de familia y los alumnos en edad universitaria han opinado y decidido la forma de iniciar o continuar con su preparación académica.  Es decir, en educación particular o privada se ha optado por un retorno a clases semipresencial en un modelo de trabajo “Híbrido” el cual permite que los estudiantes asistan a clases de forma escalonada sin perder contenidos, ya que cierto número de alumnos están de forma presencial y otra parte están en casa trabajando al mismo tiempo de forma virtual.

Lo anterior ha representado una importante inversión para el sector educativo, principalmente para el particular, ya que se tuvo que adquirir equipo especial para implementar aulas con cámaras, micrófonos y pantallas para transmitir las clases de forma simultánea, así como ampliar la red de internet, señalizaciones, adecuación de las áreas al aire libre y otros ajustes en instalaciones e infraestructura.

También es importante mencionar el seguimiento que se ha dado a los tres filtros normativos que se llevan a cabo para este regreso de los alumnos; el primero se lleva a cabo al salir de casa al ser revisados por los padres de familia y el reporte que hacen a la institución educativa; el segundo al ingresar al plantel, tomarles la temperatura, pasar por un filtro sanitizante y verificar los síntomas registrando los datos en la bitácora correspondiente y el tercero que se lleva a cabo en el aula por los profesores y orientadores del estudiante. Cuidar en todo momento la sana distancia y la implementación de brigadas de vigilancia y apoyo sanitario a alumnos y docentes para prevenir o detectar a tiempo cualquier posible contagio.

Desde el inicio de la pandemia, el sector educativo particular se ha sujetado a las disposiciones de las autoridades tanto educativas como de salud, es por ello que la vacunación docente ha sido una constante y un aspecto relevante que atender, siendo un requisito para la contratación y asignación de horas clase a los maestros; por lo tanto, se considera un porcentaje de casi 98% de docentes vacunados en este sector.

La sanitización diaria, en cada receso, en aulas, laboratorios, agua, jabón, gel y el uso obligatorio del cubrebocas en las sesiones presenciales son indicaciones que se llevan a cabo ya de forma responsable y voluntaria por toda la comunidad escolar como parte de la nueva normalidad.

Otro aspecto importante que se debe atender en el ámbito educativo, sin importar el nivel, sea público o particular es la parte socioemocional tanto de estudiantes como de maestros, ya que se han detectado problemas de sociabilización, depresión, obesidad y nutrición que son urgentes de atender, por lo que se deberán implementar programas adecuados a cada situación, contar con personal profesional como psicopedagogos y médicos para atender estos problemas. 

Lo anterior, son retos para las Instituciones educativas; a esto se suma la capacitación de los docentes para la aplicación de métodos eficientes en el proceso enseñanza-aprendizaje en modelos “híbridos” semipresenciales o a distancia totalmente virtuales y por lo tanto atender la reprobación, eficiencia terminal y así evitar la deserción escolar. Lo anterior considerando también las nuevas formas de aprender de los estudiantes y las fuentes de información que el internet pone a su alcance.

Se puede aseverar que el mayor reto del sector educativo particular consiste en encontrar los mejores y adecuados mecanismos para continuar garantizando una educación de calidad y el derecho a la salud física, mental y emocional de los estudiantes de todos los niveles.

La experiencia educativa adquirida en estos dos años de pandemia deberá ser evaluada de manera rigurosa por especialistas e investigadores en la materia, pero desde ahora se puede anticipar que estas brechas serán decisivas para comprender los resultados en el rezago educativo en nuestro país.

*Consejera de COPARMEX Estado de México y  Rectora de Grupo Colegio Mexiquense.