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COMENTARIO A TIEMPO

Por Teodoro Rentería Arróyave

La odisea del periodista Julian Assange

La sevicia contra el periodista Julian Assange por parte de la gran potencia del norte y de sus aliados es condenable por todos conceptos y representa un enorme atentado a las libertades de prensa y expresión.

El fundador de la plataforma Wikileaks, a través de la cual dio a conocer al mundo los excesos criminales del Pentágono y de la Casa de Blanca en las guerras unilaterales que decretó Estados Unidos,  principalmente contra Afganistán e Irak, ha vivido prácticamente confinado 10 años y el peligro se cierne sobre el prestigiado comunicador, al revocar la sentencia de no extracción de enero pasado.

Según analistas mundiales, la venganza que no justicia, de los tribunales estadounidenses podrían sentenciar a Julian Assange a 175 años de prisión, es decir, a perpetuidad.

Entre otros colegas, Mercedes Arancibia, quien se presenta como comunicadora libertaria y atea, en PERIODISTASenespañol.com nos recuerdan que el periodista australiano de cincuenta años, tras permanecer siete refugiado en la embajada de Ecuador en Londres, primero le cancelaron el asilo en la sede diplomática y luego le retiraron la ciudadanía de la nación sudamericana, decisión del entonces entrante presidente, Lenin Moreno.

Ya sin protección política la policía británica lo detuvo y fue confinado, desde hace dos años y medio en la cárcel de alta seguridad de Belmarsh, en la capital británica.

Aún así, ante el llamada de las más prestigiadas organizaciones periodísticas y de derechos humanos de todo el mundo y por el trabajo de su grupo de abogados, se logró que la justicia británica rechazara la extradición, el juez encargado de la causa consideró inminente el riesgo de suicidio de Assange.

El tiempo apuraba, puesto que Estados Unidos tenía 14 días para apelar el fallo, por lo que los abogados del activista solicitaron su libertad inmediata bajo fianza. Obvio, nunca contestaron a esa petición  

Julian Assange  está acusado en Estados Unidos de haber difundido, a partir de 2010, más de 700.000 documentos confidenciales secretos sobre actividades militares y diplomáticas del Pentágono y la Casa Blanca, especialmente en Afganistán e Irak; sin ese trabajo minucioso y valiente, el mundo jamás se hubiera enterado de los excesos cometidos.  

La situación es de una gravedad inminente, puesto que todo hace suponer que Julian Assange podría finalmente ser extraditado a Estados Unidos ya que este 19 de diciembre de 2021, la justicia británica anuló en respuesta a la apelación la sentencia de enero pasado.

Ante esta última decisión judicial, los abogados de Julian Assange han vuelto a recordar el riesgo que existe de que su cliente se suicide si acaba siendo extraditado.

A Julian Assange, como ya dijimos, lo apoyan múltiples organizaciones de defensa de los derechos humanos y de la libertad de prensa, entre ellas Amnistía Internacional y Human Rights Watch, mismas que en octubre pasado enviaron una carta conjunta al secretario de Justicia de Estados Unidos, Merrick Garland, pidiéndole que dejara sin efecto las acusaciones que pesan sobre el fundador de Wikileaks.

Este relato sintetizado de otros miles escritos en el mundo, demuestra la odisea que sigue afrontando Julian Assange y la sevicia, que no justicia, de Estados Unidos y sus aliados, misma que representa un enorme atentado contra las libertades de prensa y expresión.