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Clases presenciales no garantizan aprendizaje

  • Señalan estudiantes de la UAEM quienes consideran el retorno a los planteles como un gasto económico y exponerse a la delincuencia.

La modalidad a distancia en el nivel medio superior y superior sí ha tenido beneficios significativos para los integrantes de la Universidad Autónoma del Estado de México; evitan gastos de traslado que en algunos casos supera los 120 pesos diarios; tienen ahorros en el costo hora-hombre, lo que les permite aprovechar mejor sus tiempos y les favorece en materia de seguridad, porque no se exponen a ser víctimas de la delincuencia, ya que los estudiantes son “presa fácil” para los maleantes.

Jóvenes que se encuentran en este nivel, consideran que tienen la madurez y la determinación para comprometerse con los estudios, por lo que se apropiarán del conocimiento independientemente de que se dé o no una sociabilización en el aula. “Tal vez, lo que se debe fortalecer son los talleres y prácticas de laboratorio”, refirió Karen Mendoza, estudiante de la Facultad de Química, quien asegura que un universitario ya tiene trazados sus objetivos y el que no quiera estudiar no lo hará, sólo simulará, “no va a importar si se encuentra en la modalidad presencial, a distancia, virtual o semipresencial”.

Javier Sotelo es un universitario que vive en Santiago Tianguistenco y asiste a la unidad “Los Uribe”, en la Facultad de Contaduría y Administración, tarda una hora y media o dos horas para llegar a su plantel y el costo de los pasajes son de 70 a 100 pesos diarios (varia si usa colectivos), más gastos de alimentación, por lo que le beneficio estudiar a distancia.

  • Emplear cuatro horas diarias para ir y regresar a casa no es un factor que beneficie el aprendizaje.

“Me convienen las clases en línea porque no gasto en pasaje, ni en comida y no me expongo a que me asalten”, destacó Javier, quien considera que lo más conveniente es mantener la modalidad semivirtual, es decir, que se asista sólo una vez a la semana o dos para realizar prácticas, pero las materias que son teóricas se pueden aprovechar con las clases en línea.

De hecho, comentó que tiene compañeros que tienen que trabajar y estudiar o bien algunos que quedaron en la orfandad porque sus padres o tutores fallecieron víctimas del Covid-19, entonces la modalidad a distancia favorece a ese tipo de jóvenes con dificultades económicas.

Jesús Reyes, de la Facultad de Urbanismo y Planeación, es originario de Tenancingo y le ayudó que las clases fueran en línea, porque su rendimiento académico mejoró; no dependía del aula, sino del esfuerzo personal y del profesionalismo de los docentes. “Un profesor que es bueno, te va a guiar bien en las sesiones virtuales o presenciales, tal vez al principio les costó trabajo aprender las plataformas, pero han mejorado mucho y considero que ese no es un problema”.

Comentó que a lo largo de su carrera universitaria ha tenido de todo tipo de maestros, algunos muy comprometidos y otros de los que casi no aprendió nada, por lo que nada tuvo que ver lo presencial o lo virtual.

Asimismo, dijo que tiene compañeros que “actúan como adolescentes” y siguen tomando todo como juego, sin metas y la universidad les representa un entretenimiento, mientras que otros, tienen claro su proyecto de vida y les ha ido bien en la modalidad a distancia, inclusive algunos están contentos porque han sido más fructíferos sus resultados.