IMPULSO/ Agencia SUN
Ciudad de México
Este día se ha hecho pública la noticia de que el Santo Padre, el Papa Francisco, ha tenido la bondad de aceptar mi renuncia como pastor de esta Arquidiócesis Primada de México, y de haber nombrado al Emmo. Sr. Cardenal Carlos Aguiar Retes, como nuevo Arzobispo.
Sin mérito alguno de mi parte, el Pastor de nuestras almas, Cristo Jesús, me quiso como guía de esta enorme Arquidiócesis, y para gobernarla conté con el apoyo de excelentes Obispos Auxiliares, un gran presbiterio con diversidad de dones y carismas, y un numeroso grupo de diáconos que sirven día a día con generosidad.
La labor tan diversificada de mis hermanos de vida consagrada en favor del Evangelio también es muy reconocida, y es patente el crecimiento y la preparación de los laicos para ocupar el lugar que les corresponde en nuestra Iglesia.
Es evidente que a esta Iglesia particular llegan cotidianamente muchos problemas y dificultades, pero es mucho mayor el gozo, la alegría y la santificación que tenemos quienes tratamos de servir a la causa del Evangelio.
Me llevo la satisfacción de no haber permanecido mudo ante la violación de los derechos humanos y divinos de mi madre la Iglesia. Lamento si, por mi posición firme, alguien se sintió ofendido y lastimado, y una vez más pido humildemente perdón a quien, aun sin querer, haya ofendido.
Doy la bienvenida a mi hermano, el Señor Cardenal don Carlos Aguiar Retes a esta Arquidiócesis de México. Le deseo de corazón todo bien en el Señor, y que su ministerio episcopal sea fructífero para mayor gloria de Dios Nuestro Señor.
Siempre conté con la cercanía y el amor maternal de mi Morenita del Tepeyac y el ejemplo de san Juan Diego, a quienes ahora elevo mis oraciones por el nuevo Arzobispo de México.
Finalmente, pido perdón a Dios por mis debilidades y omisiones. Al final de mis días espero encontrarme con mi Salvador, rico en Misericordia.
+ Norberto Card. Rivera Carrera
Administrador Apostólico de la Arquidiócesis de México