Agosto 15, 2024
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SILENCIOS ESTEREOFÓNICOS

“Se escribe como se vive”, o la reconstrucción del rompecabezas interno

Por: Félix Morriña

¡Dedicado a Doña Memoria y el reencuentro con la madre!

Los días previos a los últimos del mes de abril, los anaranjados atardeceres, como las lunáticas noches de rara intensidad lunar, registradas a cabalidad por el maestro de la lente Guillermo Romero Zarazúa, desde el mexiquense Pueblo Mágico de Metepec, contemplados bajo el mismo cielo, bajo la misma latitud y clima por este interlocutor, fueron pretexto suficiente para mover la caja con el rompecabezas inconcluso de nuestra existencia y avanzar en la misión de terminar de colocar hasta la última pieza y contar la historia completa, o al menos, la parte que hoy corresponde.

Para este tipo de misión, su #ServibaryAmigo #DandyperoPunk #ElCinicoMayor recurre al amuleto musical del lánguido vampiro escénico teatral, dark gótico inglés, Peter Murphy, ya sea en plan solista, o con la mítica banda vanguardista Bauhaus. Suena completo el disco recopilatorio “Wild Birds 1985-1995: The Best of The Beggars Banquet Years”, el álbum que por años fue fiel compañero de grandes batallas laborales ganadas, y que ahora saco de la memoria digital particular externa, para no desempolvar los discos compactos y los discos de vinil, como solía hacerlo en el completo ritual sonoro de viejas homilías paganas, llenas de mensajes acordes a la lunar noche.

Para resolver un rompecabezas interno, es necesario saber detectar los misterios de la psique, para no perder de vista las piezas definitivas, como tampoco se debe rascar profundo sino estás preparado para resistir bajo tierra con tan poco aire. Seguro estoy, no sabes distinguir la imagen final del rompecabezas, tal vez tengas idea de lo que verás de ti al colocar la primera pieza definitiva, pero lo fundamental que se debe entender y comprender, es que todas las piezas son definitivas, y si falta una, la locura toca a tu puerta, el desequilibrio te canta forte al oído y la caída es en resbaladilla hasta hacerte tronar la columna vertebral.

Debes tener paciencia de paciente. Debes analizar todo el conjunto de piezas regadas en tu larga o corta historia. Doña Memoria se encargará, tarde o temprano, de recordarte duros pasajes en los que omitiste haber errado y cometido, prácticamente daños irreparables, para uno y el ser querido. Cuando llegues o sientas que estás en la zona limítrofe, en la orilla de la cornisa, retrocede y medita el siguiente paso, con la precaución de saber que el riesgo debe correrse en otra dirección y el precio debe pagarse al costo que sea necesario. ¡Perdona!

Cuando sientas que llegó el momento del juicio de valor, recuerda a la madre que te parió, la que te crío, la que cuidó de vos, y si fue una sola, con todas estas expresiones, siéntete agradecido de tener la pieza fundamental de tu rompecabezas interno. Si llegó el momento de volver al seno familiar para reconciliarte con tu parte materna-paterna, no dudes en hacerlo, porque puede llegar a ser muy tarde, más esta era pandémica con altos índices de inseguridad y extrema violencia en las calles, en la que no es fácil viajar, ni arriesgar la salud. Si no hay de otra, ¡aprende a despedirte a distancia con los rituales y métodos apropiados!

Si la pieza no termina por encajar en tu rompecabezas interno, bien sabes que no se trata de encajar, sino de estar en el lugar que a cada uno le corresponde en tiempo y espacio, sabiéndote seguro de lo que quieres y necesitas. Debes estar seguro con quién lo estás o estarás compartiendo. Recuerda que nadie logra nada solo, siempre necesitaremos ayuda, sólo habrá que aprender a solicitarla y saber con quién estarás interconectado emocional, física y mental, como las piezas del rompecabezas interno.

Nunca olvides jamás la parte familiar en este rompecabezas interno, porque cada uno de sus integrantes del seno primario, tienen interconexión directa y todo termina por afectar o mover las cosas. ¡Espera lo inesperado!

Las relaciones interpersonales pueden ayudar a cumplir con la misión, siempre y cuando el otro ser sepa que tiene lugar en ese microcosmos, en ese espacio sideral, lúdico y misterioso. Debes tener cuidado de que al terminar el rompecabezas interno, éste luzca lo suficientemente forte para aguantar los embates del tiempo para que no se desfigure o pierda su esencia. ¡Es mucha tarea después de colocar las piezas!

Si no te gusta al final lo que ves en tu rompecabezas interno, deberás aceptarlo, porque eso eres, aunque lo hayas escondido siempre. Habrá que trabajar en esos huecos, en esos espacios vacíos. Eso nos permite a todos, reconciliarse con uno mismo, bailar en su propio eje, empezar a modificar conductas, aptitudes y actitudes, para poder, de nueva cuenta, interrelacionarse en un mejor ambiente recreado y compartido de manera solidaria por nosotros. La aceptación nos permite avanzar con otros temas por resolver enseguida, porque recuerda siempre: “Se vive como se escribe”, parafraseando y homenajeando al mismísimo escritor Ernest Hemingway durante sus días en el Caribe.

Les comparto algunas canciones del disco “Wild Birds 1985-1995: The Best of The Beggars Banquet Years” de Peter Murphy, no sin antes mencionarles para terminar esta entrega: ¡Nos buscamos, nos vemos, nos escuchamos, nos entendemos!