Septiembre 27, 2024
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Desde las Alturas

Por: Arturo Albíter Martínez

    Constructoras mexiquenses al borde de la quiebra. Sin obra pública y con el freno del DUF pasan los peores momentos.

    Licitaciones a modo sólo para “amigos” de funcionarios públicos. Retraso en los pagos, condiciones extremas en los contratos y la crisis, los tienen en el peor momento.

    Dato del día: Luego que en abril y mayo la producción automotriz en el país se precipitó a niveles por arriba del 90 por ciento, ya regresó a cifras del año pasado.

El sector de la construcción atraviesa uno de las peores crisis desde hace muchos años y no sólo se limita a lo que han vivido durante el aislamiento provocado por la pandemia del Coronavirus.

Y si las empresas grandes atraviesan momentos complicados, cuando se habla de aquellas consideradas pequeñas la situación es peor todavía, se encuentran en un momento en el que los diferentes órdenes de gobierno no gastan en obras y las pocas que licitan lo hacen para beneficiar a sus “amigos”.

Pero también se enfrentan a otras situaciones, como es el hecho de que tardan en pagarles, los contratos no son justos, incluso han llegado al grado que administraciones que inician su periodo gubernamental ya no reconocen los adeudos pasados.

No conforme con esta situación, en muchos municipios se enfrentan a otro problema más grave y es el que se relaciona con la entrega de un porcentaje a grupos de la delincuencia organizada, luego de que cobran algunos adeudos.

En este momento en el que pueden ser la solución para activar la economía, al menos de parte del gobierno estatal no se tienen las condiciones para invertir en este sector.

A pesar de las declaraciones que hizo hace unas semanas el titular de Finanzas en el sentido de que iban a gastar una cantidad millonaria para infraestructura y pagaron algunos adeudos, lo cierto es que el apoyo no llega a las empresas que son del Estado de México en su totalidad.

Entre los problemas que enfrentan continuamente tienen que ver en principio con la corrupción, cuando logran sortear este problema se enfrentan a otro que pone en desventaja a los empresarios y es que desde hace seis años no se han actualizado los precios, por lo que deben financiar en malas condiciones.

Con esto quieren decir que si una tonelada de varilla costaba hace cinco años 8 mil pesos para este momento rebasa los 15 mil, pero las condiciones que imponen en los contratos de las obras de infraestructura no se actualizan.

Los periodos de pago en las diferentes administraciones también son muy tardados, por lo que deben esperar meses que en muchas ocasiones se vuelven años y lo peor que cuando cambia la administración entonces se niegan a pagar adeudos atrasados.

En diversos municipios la situación se agrava más porque deben enfrentar el problema de la delincuencia organizada, cuando van a cobrar un contrato los extorsionadores ya cuentan con toda la información sobre la cantidad que fue a cobrar, así que exigen una cuota.

Por si no fuera suficiente se enfrentan a otro problema,  cuando facturan se ven obligados ante el SAT a pagar el IVA y el ISR, aunque no hayan cobrado el monto de la factura.

Los que han optado por trabajar en el sector de la vivienda, si bien tienen buenas utilidades deben enfrentar el terror del Dictamen Único de Factibilidad que para los constructores tardan años en resolverlo y señalan que en la Secretaria de Desarrollo Urbano de la que es titular Andrés Massieu es donde se encuentran las peores irregularidades.

Así el panorama para los constructores independientes que cada día son menos y que deben migrar a otros estados para tener mejores condiciones, si es que quieren sobrevivir.

DATO DEL DÍA: LUEGO QUE EN ABRIL Y MAYO SE TUVO LA PEOR PRODUCCIÓN DE AUTOS EN LA HISTORIA, ESTA INDUSTRIA RECUPERA NIVELES ANTERIORES A LA CUARENTENA.

En el Estado de México se encuentran cinco de las principales armadoras de autos y son parte medular de la economía. 

En los meses de abril y mayo debido a que fue considerada como una actividad no esencial, las empresas tuvieron que cerrar sus puertas, por lo que la producción cayó a niveles no antes vistos, de más del 90 por ciento.

La situación cambió y en julio tuvo un respiro.

La producción de autos ligeros superó los niveles que tenía en el mismo mes del año pasado y tuvo un crecimiento en el comparativo anual del 0.65. Sin duda es una buena noticia.

Así se recuperan cifras previas a la pandemia aunque en el tema de las exportaciones, el comportamiento no fue el mejor, ya que bajaron en un 5.4 por ciento.

Para el séptimo mes se reportó que las empresas lograron ensamblar mil 911 unidades más que el mismo mes del año pasado.

Con esto es posible afirmar que las armadoras en el país ya operan al cien por ciento de su capacidad o al menos como lo hacían antes de enfrentar la contingencia, lo mismo que aquellas que sirven como proveedoras.

Todas las armadoras instaladas en México incrementaron su producción en julio, la que tuvo el mayor incremento fue BMW que subió a niveles del 229.7 por ciento, mientras que Ford lo hizo en un 58%

En lo que toca a los indicadores enero julio, es claro que los números están en negativo.

En el caso de la producción de autos se encuentran en -35.5%

En el caso de la exportación las cifras indican que el saldo negativo llega al 36.8%

Aunque son buenas noticias recuperar la producción a niveles previos a la pandemia, lo cierto es que será difícil, sino es que imposible recuperar todo lo que se perdió entre abril y mayo.