Por Teodoro Rentería Arróyave
Para jueves 23 de enero de 2020
Como ya lo habíamos previsto, tal parece que la absolución al presidente magnate, Donald Trump, está más que anunciada por las decisiones del grupo republicano del Senado de Estados Unidos, que nada tienen que ver con un juicio justo, por el contrario lo que priva son los intereses partidistas y económicos.
La noticia ha sido difundida ampliamente a todo el mundo: “El Bloqueo republicano se ha manifestado desde el mismo momento en que recibió la documentación respectiva enviada por la Cámara de Representantes, al negarse a recibir nuevas pruebas y recibir por tanto a nuevos testigos.
En todo juicio, sea de la índole que sea, existe un periodo de pruebas que se debe de respetar, máxime si se trata de un asunto de la mayor importancia, como es el enjuiciamiento de un mandatario de una nación, y debemos de recordar, en este caso, de la principal potencia del mundo, aunque tal posición ya se la disputa la Republica Popular China.
Este 21 de enero, las pantallas de televisión difundieron la escena cuando en el estrado del Senado, el Jefe de Justicia estadounidense, John Roberts presidía la apertura del juicio político contra Donald Trump
En su Página Digital del canal de televisión internacional de suscripción de origen francés, france24, informó que el tercer ‘impeachment’ presidencial de la historia que se inició en el Senado estadounidense, en una jornada de casi 13 horas, en la que se votó el reglamento del juicio contra Donald Trump, y precisa, “los republicanos bloquearon las enmiendas demócratas de recabar nuevos documentos, así como la citación de testigos, en un proceso que necesita del voto a favor de dos tercios de la Cámara Alta para que se destituya al presidente de Estados Unidos.
Donald Trump, enfrenta dos cargos: un supuesto abuso de poder en su presión a Ucrania para investigar a su rival político, el demócrata Joe Biden; le retuvo la ayuda constitucional a esa nación, el otro es el de obstrucción al Congreso por entorpecer la investigación relativa al caso.
“Iniciamos el tercer juicio político para la destitución de un presidente en la historia de Estados Unidos”, dijo el líder republicano en el Senado, Mitch McConnell, poco antes del comienzo formal del procedimiento en el pleno de la Cámara Alta.
Un proceso donde el magistrado John Roberts, presidente del Tribunal Supremo, es el encargado de presidir el Senado es decir es el juez de este juicio político. Los senadores son jurados. Un grupo de miembros de la Cámara de Representantes son los fiscales y un grupo designado por la Casa Blanca son los defensores.
Los escenarios, obvio son dos: la destitución de Donald Trump o su absolución. Creemos, aunque todo puede suceder, que la absolución, para llamarle de alguna manera, está más que anunciada. Queda en el aire la otra pregunta ¿El propio juicio, sin importar su resultado, influirá en las elecciones presidenciales estadounidenses del inminente 3 de noviembre este 2020?