Noviembre 23, 2024
Clima
18°c Máxima
18°c Mínima

Comentario a tiempo

Lecciones de periodismo o enseñanza para los políticos de extrema derecha III

Teodoro Rentería Arróyave

Tercera y última parte

Con esta entrega terminamos la serie dedicada a reproducir la entrevista del colega Lluis Amiguet al reconocido periodista británico Aidan White, publicada en el diario catalán “La Vanguardia”, titulado: “Si subvencionamos un ballet, ¿por qué no al periodismo?” y por nuestra parte la denominamos: “Lecciones de periodismo o enseñanza para los políticos de extrema derecha”.

Para mejor conocer al entrevistado, es de precisar que el colega británico Aidan White es fundador de “La Red de Periodismo Ético para frenar la difusión de ‘fake news’”. Así finaliza la entrevista:

¿No publicamos también errores?

Cometemos errores, pero la diferencia con las redes es que hemos asumido el compromiso de corregirlos y de combatir el odio y la violencia.

¿La tecnología amenaza ese compromiso?

La tecnología ha acelerado el desgaste de los valores que se impusieron tras la II Guerra Mundial: la democracia liberal, los derechos humanos, y un concepto no nacionalista de la convivencia arbitrada por la Organización de las Naciones Unidas, ONU, y la Unión Europea.

¿Acaso Facebook no los respeta?

Facebook acumula ganancias obscenas retransmitiendo, por ejemplo, la masacre en la mezquita de Nueva Zelanda que vieron millones de personas. Zuckerberg dijo que el instant video era el futuro. Y mire qué ha sucedido.

¿El periodismo se ejerce hoy de una manera menos ética que antaño?

La exigencia digital de inmediatez impide interpretar la realidad sin dejarnos arrastrar por las emociones que amenazan la convivencia democrática. La reflexión requiere tiempo.

¿Es sólo una cuestión de tiempo?

Y por eso, los populistas siempre tienen prisa, porque saben que las peores emociones -el miedo, el odio, la rabia-, son sus aliados y se propagan en la inmediatez. Necesitan que no reflexionemos. En cambio, la democracia es, en principio, un ejercicio de reflexión personal y colectiva, al que sirve el buen periodismo.

¿Sobrevivirá el periodismo o acabaremos como gestores de contenidos rentables?

El periodismo sólo sobrevivirá si la sociedad lo reconoce como un servicio público y asume que, como tal, hay que subvencionarlo. Si no, sólo quedará el periodismo económico y el resto serán agentes de relaciones públicas y redes.

¿El periodismo del futuro lo pagarán los suscriptores?

Los lectores sólo querrán ser suscriptores si perciben cada día que el periodismo que pagan les sirve. Y si les sirve, también habrá contribuyentes dispuestos a subvencionarlo. La subvención hace depender al periodista del político de turno que las decide. Depende de si el periodista lo admite o si convence al público de que vale la pena que mantenga su independencia de los partidos.

¡Qué difícil!

La BBC logró consolidarse como servicio público enfrentándose a todos los partidos políticos hasta que consiguió la confianza de todos. Ese es el camino que debemos recorrer.

¿Y sólo viviremos de los impuestos?

Y de publicidad y suscripciones. Pero ¿por qué subvencionamos sin quejas un ballet o una ópera y no el buen periodismo al servicio del lector? Hay que encontrar caminos de para que lo financie el ciudadano sin que eso signifique caer bajo el control del partido de turno.

¿Cómo?

Las tecnologías han facilitado las fake news, pero también los big data nos ofrecen enormes posibilidades para un periodismo híbrido y nuevos modelos que sepan encontrar a su lector y generar valor para todos.

Sin discusión han sido lecciones de periodismo y enseñanza para los políticos de la extrema derecha.