IMPULSO/ Luis M. Loaiza Tavera,
Columnista,
A finales de la década de los 90´s el magnate de la comunicación Bill Gates profetizó que en el año 2000 iniciaría el proceso de desaparición de los medios impresos, afortunadamente no tuvo razón, posteriormente en 2004 vaticinó la pronta desaparición del DVD y reiteró que la tecnología acabaría con los medios impresos, hubo mucho de cierto, pues grandes consorcios informativos iniciaron una etapa e crisis financiera ante el creciente empuje del internet y de los aparatos de telefonía móvil que cada día son más inteligentes, es el sueño del Sistema y todo apunta a que pronto pocos, muy pocos sobrevivirán de no actualizarse, esto a nivel mundial, pero cuyo efecto repercute en México.
Brevemente explico que los cinco diarios más importantes del mundo, están encabezados por el Washington Post, apostando por una ideología liberal y con un tiraje de 673.189 ejemplares, a finales de la primer década del nuevo siglo y con una crisis financiera producto de la poca venta y casi nulos anunciantes, el importante diario redujo su tiraje a 10 mil ejemplares.
Lo que en 2011 parecía el inminente cierre de una gran cantidad de empresas periodísticas se convirtió en el temor de reporteros, empresarios y millones de trabajadores alrededor el mundo, en México también el percibía el mismo esquema, fueron desapareciendo algunos medios y otros tuvieron que recortar personal, tiraje, e incluso infraestructura. Sin embargo los medios impresos se han adaptado a las circunstancias que van surgiendo, se van transformando y reconfigurando para poder sobrevivir; algunos lo logran y otros, por el modelo de negocio, fracasan. De igual forma los periodistas que en ellos laboran han tenido que evolucionar y aprender a redactar la misma nota para el medio impreso, el internet, la radio y la televisión.
La opción comunicativa del internet ha ido desplazando poco a poco a los impresos, a la radio y amenaza con dejar fuera también a la televisión. Las redes sociales parecen ser la mejor opción, pero, analicemos un poco lo que podría pasar en México y esencialmente en el Estado de México, pues una solicitud reiterada de los nuevos gobiernos morenistas es la presencia en redes sociales, sin saber ellos mismos a qué se enfrentarán en un corto plazo.
El Estado de México con una población cercana a los 15 millones de pesos no tiene la misma cultura de los países europeos o de nuestros vecinos del norte y menos con más del 60 por ciento de habitantes en pobreza y pobreza extrema, gente cuya educación solo les permite ver en las redes sociales los temas y videos de mayor interés, suben y comparten banalidades y cuando se atraviesa un post de información gubernamental, normalmente la brincan y siguen buscando temas que les distraiga.
Ahí es donde los medios estatales y regionales podrían ser útiles en la promoción de las obras realizadas, pero lamentablemente no todos saben lo que tienen a mano, pues la cultura del dinero fácil opaca la posibilidad de prestar un mayor y verdadero servicio a la ciudadanía.
Los jefes de prensa exigen redes, pero tienen una papa caliente en las manos, pues en cuanto los periodistas se actualicen y dominen su presencia a través el internet, los gobiernos se arrepentirán de haber puesto ese condicionante, despertarán al monstruo y después no sabrán como calmarlo.
En la próxima entrega abordaré el tema de los grandes chayos o embutes.
Los periodistas debemos ser más inteligentes que nuestros gobernantes y dejar de regalar espacios “para hacer méritos” la prensa seria, profesional, no hace méritos, que se entienda: Si sabes hacer algo bien, no lo regales.
DATO
Monitor, El Centro y La Palabra son algunos de los diarios desaparecidos, otros como El Financiero, Milenio, Reforma y aún Radio Centro han tenido que despedir gente para evitar la quiebra.
