Diciembre 25, 2024
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Bátiz probablemente me quiere: Silvia Crastan

IMPULSO/Edición WEB
Ciudad de México

La violinista suiza Silvia Crastan acusó en diciembre del año pasado al director de orquesta Enrique Bátiz en redes sociales y en medios de comunicación de haberla violado en un hotel de Zúrich en 1996.

En su defensa, el músico mexicano mostró dos cartas y una conversación vía internet, evidencias de lo que considera acoso y extorsión de parte de la intérprete suiza radicada en Londres.

En entrevista, ella reconoce el material, dice estar sorprendida de que hayan sido conservadas por casi 20 años, asegura que las envió con la intención de que él le ofreciera una disculpa y pudieran iniciar una relación amistosa; asimismo, niega cualquier extorsión.

En una carta remitida cuatro años después de la presunta violación, Silvia Crastan envía a Bátiz su número telefónico y le pide que la llame cuando lo desee; además, le cuenta sus planes de viaje y de trabajo. El  otro documento es una postal sin fecha precisa con una obra de Chagall, en la que le desea en español felices fiestas decembrinas y le asegura que hará publicidad de su próximo concierto y se despide con saludos y besos.

El tercer envío es una conversación vía chat en la que ella asegura: “Quisiera tener una especie de compensación porque he luchado psicológicamente en los últimos 20 años porque me violaste […]”. Al respecto, Crastan asegura que no se trató de una extorsión, sólo de un llamado a disculparse.

La violinista Silvia ha tenido un largo día, ha ofrecido entrevistas a más medios de comunicación y ha discutido con algunos reporteros en redes sociales.

En su cuenta de Facebook, compartió desde muy temprana hora que, recientemente, Enrique Bátiz se puso en contacto con ella, pero no le contestó porque no desea que él le diga nuevamente “cosas pervertidas”; no obstante, asegura que le envió un mensaje para explicarle por qué no puede perdonarlo y por qué se vio “forzada” a denunciarlo.

— ¿Reconoces las cartas y el chat?
– Sí, recuerdo las cartas, me sorprende que Bátiz aún las tenga, eran muy dulces, son del año 2000. Estaba pensando en que Bátiz no debió compartir cartas privadas con una tercera persona sin preguntarme, ¿eso no es acaso una violación a la privacidad? Él no reaccionó a las cartas, pero, obviamente, le agradaron y las conservó. Datan del año 2000 cuando comencé a estudiar en Londres y trataba nuevamente de reconciliarme con Bátiz porque estaba buscando que él se disculpara y una amistad.

¿Quieres explicar por qué las enviaste?
Bátiz me ha dicho algunas veces que me quiere…, así que me dieron ganas de darle la oportunidad de disculparse y de probar si podíamos tener una verdadera amistad, pero no funcionó. Por alguna razón, mantuvo estas cartas por tanto tiempo.

No es mi intención ofenderte, pero no entiendo el tono amistoso de las cartas, ¿por qué son amistosas?
En primer lugar, no tenía nada en contra de Bátiz, era amigo de mi profesor de piano y en 1999 me dio algunos contactos en Londres, así que pensé que podría tratar de arreglar lo que pasó, decirme que lo lamentaba, pero no lo hizo.

Ayer, me llamó, no contesté y luego me escribió un mensaje de texto, ¡me dijo que no fue una violación!, él piensa que fue sexo consensual, pero ¿cómo puede pensar eso?, ¿por qué piensa que realmente tuvimos sexo en Zúrich? No, no fue mi idea.

Así que no estoy segura de si lo niega por razones legales o porque realmente cree que fue consensual. ¿Lo niega por culpa de una actitud sexual machista arraigada?

— Cuando le hablaste de compensación, ¿te referías a dinero?
No, yo soy suiza… no busco dinero, yo hablaba de que él hiciera algo para componer esto, reconociéndolo… disculpándose. Haciendo un cambio, ya no abusar más de los músicos de la orquesta o de otros… quiero ver un cambio… ¿Para qué necesitaría dinero?, no necesito dinero, yo necesito ver algún cambio… cambio de su actitud.

En español “compensación” puede ser leído como dinero.
— Bueno… créeme, nosotros tenemos bastante dinero en Suiza.

— ¿Consideras que, con las cartas amistosas que le enviaste, él pudo pensar que ustedes tenían una relación?
Absolutamente-

– ¿Te arrepientes de haberle escrito de esa manera?
Es extraño que lo digas… ¿qué hay de todas las chicas en México que ni siquiera se levantan y lo expresan? Ellas lo saludan de beso exactamente de la misma manera encantadora… él es un maestro de la manipulación, tal vez, y yo soy sólo una persona amable… ése es el problema, por eso, él probablemente me quiere.

— Dijo que estaba analizando demandarte, ¿qué piensas?
— No entiendo cuál es el punto, no tiene sentido.

— Apunta a la difamación.
— ¿Me va a demandar por haberme violado y porque yo he sido una buena persona con él después de que lo hizo? Dile que sólo quiero que se disculpe, sin demanda, disculparse es la palabra. Quiero que se disculpe en privado conmigo

El sexo no fue consensual y quiero que él lo entienda, quiero que Bátiz entienda lo que estoy diciendo. No soy un político corrupto, soy una amable chica suiza que quiere ser escuchada.

— ¿Y si no se disculpa?
— La compasión de Bátiz es como una piedra, le importa una mierda lo que digo… Incluso se le ocurrió que yo lo chantajeé y habla de demandarme. Si dice que me quiere, ¿debería demostrármelo amablemente?, ¿o me quiere de este modo porque es un pervertido total? Vivo en Londres, no en México, ahora las personas puedan defenderse por sí mismas…

No necesito ser la cara visible para hacer justicia a otras mujeres. Él no debe mezclar la “gran reputación” con ser un ser humano decente o amable.

Si él me pide redención, lo perdonaré, pero sólo con la condición de que empiece a comportarse decentemente, que ya no maldiga ni sea tan arrogante con los músicos, que ya no sea insensible ni abusivo con las mujeres. Si muestra algo de compasión y respeto, ésa será mi “compensación”. Fuente: Alida Piñón/Agencia SUN

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