MPULSO/Agencia SUN
Ciudad de México
“Hasta no ver el archivo de mi padre, no entendí qué tan conectados estábamos” dice la fotógrafa Yvonne Venegas (Long Beach, 1970).
Hace un año aproximadamente, Yvonne Venegas trajo de Tijuana a la Ciudad de México miles de negativos del archivo del estudio fotográfico comercial Venegas Fotografía Fina, que sus padres abrieron en 1972.
La fotógrafa lo ha tomado como objeto de investigación y de ahí deriva la exposición Días únicos: el estudio y su archivo, que abrirá el 24 de agosto en el Museo Universitario de Arte Contemporáneo (MUAC).
Ante el espacio aún vacío del Arkheia, en el MUAC, Venegas no se guarda la emoción que le produce la exposición que se avecina. No es una exposición acerca de las fotos del estudio de su padre, José Luis Venegas, —aunque sí trae algunos ejemplos, en particular de los distintos momentos retratables de las bodas—; más bien, la exposición responde a lecturas de ese archivo que hace la fotógrafa. En ese sentido, reconoce, es más una suerte de apropiación.
La infancia de Venegas transcurrió en buena medida en aquel estudio, y la escena de su padre eligiendo fotografías para los clientes y desechando otras se quedó grabada en ella. Lo que le interesa de ese recuerdo no es la foto comercial, potente y de álbum, que los clientes se llevaban, sino las otras, las que eran descartadas y arrojadas al piso.
“Fotos de algo vulnerable, subjetivo -describe Yvonne-; no fotos fuera de foco porque eso lo considero un error fotográfico; hablo del instante en que alguien hace un gesto que no es fotogénico, de las fotos donde no ven a la cámara, de aquellas donde un gesto representa algo más: una historia”.
La exposición está formada, entre otras imágenes, por varias de esas fotografías ambiguas.
Otra relación que Yvonne Venegas encuentra con el trabajo de su padre -además de lo obvio de que ambos son fotógrafos- tiene que ver con el retrato de un grupo social a lo largo de sus trabajos, algo que ella define como experimentos sociales.
Él, en Tijuana, desde su estudio -que aún tiene- captó a comienzos de los años 70 y en las décadas posteriores a una sociedad que estaba en formación, que se veía muy influida por el gusto y las modas de California, más que por las del centro de México. Y varias series que ha creado Yvonne tienen esa característica de ser obras de grupos sociales en construcción:
“Crecer en el estudio en Tijuana fue ver una sociedad que estaba en construcción, y también ver a un fotógrafo que estaba construyendo su oficio. Eso se me metió en la sangre. Me acercó a sociedades, grupos -María Elvia de Hank (una de sus series y libros)- fotografiar ahí era también para mí retratar un experimento, un pasado político y una joven bella tijuanense que se casó con Jorge Hank y juntos construyeron este lugar; hacer aquello era algo literario, era el proyecto de maestría y a la par leía a Roberto Bolaño, Los detectives salvajes, trataba de hacerlo un poco ficticio, alejarlo de este ruido por estar tan mitificado. (El proyecto de) San Pedro Garza García, lo mismo, era el lugar con el encabezado de ser el municipio más rico de México; ahí, en ese lugar caluroso, rodeado de montañas, llegó a vivir un grupo de gente con las fortunas más grandes de México, y se hizo el municipio que es ahora”.
–Aprender fotografía por correspondencia
En esta investigación en el archivo de su padre, Yvonne Venegas ha interrogado la propia historia familiar. La repasa y pregunta. Relata que sus papás nacieron en Aguascalientes y Tecate, y se conocieron en Tijuana; luego migraron muy jóvenes hacia Estados Unidos.
“Él empezó a estudiar fotografía por correspondencia, mi mamá lo obligó, él hacía buenas fotos; eran finales de los 60…” Como pago del curso, su padre debía hacer de fotógrafo; entonces se fueron a Los Ángeles, ahí acabó trabajando en Alfred and Fabris Studios, donde se dedicó a tomar fotos de bodas, con un formato y un estilo que no existía en México. El fotógrafo debía tomar los momentos típicos, desde la novia arreglándose frente al espejo en su casa hasta cuando el padre la entregaba al novio…”
Con ese saber, la familia regresó a Tijuana, donde abrió su estudio. Él usaba Hasselblad, una novedad, y ofrecía álbum a todo color, con la serie de momentos típicos. Fue un éxito.
Hace 15 años, Yvonne, por primera vez, conectó su trabajo personal al de su padre. Halló fuertes coincidencias: “Veía mi proyecto Las novias más hermosas de Baja California, por ejemplo, y las fotos parecían hermanas de las fotos de mi papá”.
La exposición se presentará del 24 de agosto al 1 de diciembre. Es curada por Cuauhtémoc Medina y Jaime González. En la apertura de la exposición participarán Yvonne Venegas, José Luis Venegas, Alfonso Morales y Jaime González.