Diciembre 25, 2024
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¿Voto electrónico por fin?

IMPULSO/Julio Téllez Valdés

Artículo

Tengo 40 años trabajando temas de Derecho y tecnologías y uno de los asuntos en que he sido especialmente enfático a lo largo de los años es el del necesario uso del voto electrónico en nuestro país. La pregunta en cuestión es la siguiente: ¿podemos considerar por fin los pronunciamientos de la sesión extraordinaria del Consejo General del INE del pasado jueves 5 de julio como un paso definitivo hacia el uso del voto electrónico en las elecciones federales de nuestro país? La respuesta no es sencilla, ya que, si bien se tienen experiencias en el pasado muy significativas al respecto en comicios locales, en entidades como Coahuila, Jalisco y el Distrito Federal, hoy Ciudad de México, entre otras, a raíz de la reforma constitucional de 2014 en materia electoral, en la que el IFE deja de ser un órgano federal para convertirse en nacional y surgen los llamados Organismos Públicos Locales conocidos como OPLEs, el hoy INE acotó el avance del uso del voto electrónico en éstas u otras entidades y “desaprovechó” la oportunidad de hacerlo a nivel federal en las elecciones del pasado primero de julio.

¿A qué se tuvo miedo?, a la modernidad a pesar de que para este año se prevé seamos 80 millones de internautas en este país (cifra no muy distante del Listado Nominal de Electores), ¿a la desconfianza, quizás?, ¿de quién es?, ¿de los partidos?, ¿de los electores?, ¿del órgano electoral federal? La organización de las pasadas elecciones federales (y no hablo de los resultados) dejaron satisfechos a partidos, electores y desde luego al INE, y entonces ¿para qué cambiar las cosas? Pues porque estamos obligados a hacer aún mejor las cosas (¿y quién no quiere ser mejor?) y perder el temor a hackeos, fraudes electorales o desconfianza a nuevos métodos o esquemas de votación. ¿Acaso no lo merecen los funcionarios electorales, miembros de mesas directivas de casillas, representantes de partidos y nosotros los electores? ¿Para qué seguir con jornadas extenuantes e innecesarias de escrutinio, cómputo y en su caso recuento de votos? Actividades atentatorias a los derechos fundamentales bajo la muchas veces lapidaria premisa de que “en materia electoral todos los días y horas son hábiles” y que han costado incluso pérdida de vidas humanas (y no me refiero a los asesinatos políticos) o problemas de salud severos, de quiénes realizan esas labores; esto es un costo muy alto para la democracia que puede y debe evitarse.

Como hace 20 años, seguiré impulsando como hasta ahora, la implementación del voto electrónico en México, a través de entrevistas, artículos, libros, cursos, conferencias, ponencias, observador de elecciones a nivel nacional e internacional donde se usa la urna electrónica, entre otras, con tal de que se convenzan por fin quienes toman las decisiones al respecto, de la conveniencia y necesidad del voto electrónico en México. Pongo a disposición de quien lo desee y de manera desinteresada, los conocimientos, experiencia, vivencia y evidencia de todos estos años en la materia. Espero no llegue el día en que acabe fastidiado de estar oyendo elección tras elección las buenas intenciones del órgano electoral federal de finalmente decidirse a introducir el uso del voto electrónico, y si aún sigue habiendo temores, aprovechemos entonces la coyuntura de las elecciones federales llamadas “intermedias” del 2021, para convencerse con “menos riesgos” de lo aquí expresado, pero no como un experimento con visos de ser sólo un intento, sino de hacerlo con la convicción de que es un paso obligado e irreversible en nuestra democracia con el que, entre otras cosas, estimulemos aún más la participación ciudadana, abatiendo por ende los elevados índices de abstencionismo y teniendo los resultados electorales de inmediato, sin necesidad del PREP o conteos rápidos, dando aún más certeza, celeridad y seguridad a todos quienes nos interesa tener un México mejor. No sé las autoridades electorales y los partidos, pero al menos los ciudadanos ya estamos listos y ávidos de darle un voto de confianza a la modernidad. [email protected]