- Alertó la responsable del Programa de Salud Mental del Instituto de Salud del Estado de México (ISEM), Rocío Padilla Quiroga, quien refirió que reportes de violencia aumentaron 55%
La violencia, el abuso sexual y la desintegración familiar son variables asociadas al suicidio infantil y juvenil; lamentablemente, éstas se incrementaron en los hogares durante la pandemia de Covid-19, por lo urge emprender acciones de prevención, y cuidado, alertó la responsable del Programa de Salud Mental del Instituto de Salud del Estado de México (ISEM), Rocío Padilla Quiroga.
Además, enfatizó que hay encuestas que refieren que el abuso o violencia sexual lo realizan personas conocidas, generalmente, familiares del mismo domicilio.
El problema -dijo-, es que no siempre se identifica un abuso sexual, no se da tratamiento, se convierte en trastorno que, sumado a la falta de afecto, desencadena suicidios.
El grupo poblacional que concreta el mayor número de suicidios son jóvenes entre 15 y 24 años.
La especialista subrayó que, para las instituciones de salud, aún no es posible dimensionar el daño en la salud mental que provocó el confinamiento, el grado en que crecieron los trastornos, ni los niveles en que aumentó la violencia, pero la realidad es que son factores que detonan conductas suicidas.
En el Estado de México, de acuerdo con las estadísticas del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en 2020, año de la pandemia, hubo 832 suicidios, de los cuales 46 fueron de niños entre 10 y 14 años; 135, entre los 15 y 19 años; y, 140 tenían entre 20 y 24 años.
La doctora Padilla detalló que el grupo poblacional que concreta el mayor número de suicidios son jóvenes entre 15 y 24 años. En este rubro, por la tasa de cada cien mil habitantes, nuestra entidad se encuentra en el lugar 27; aunque por la cantidad de población, está en los primeros lugares.
En general, destacó que existen más reportes de violencia, “los organismos que brindan asesorías en estos temas reportan aumentos de 50 a 55% en las llamadas telefónicas”, lo cual es preocupante porque es un factor que incide directamente en trastornos mentales.
Lamentó, también, el suicidio juvenil, porque inician su vida productiva. Las investigaciones refieren que -en 90% de los casos-, la persona se encontraba deprimida y no recibió tratamiento ni apoyo. Aunque puede ser un trastorno que adquirió de niño y no logró superarlo.
Por ello, recomendó a las familias, en especial a las mamás trabajar la salud mental de los menores. Para el ISEM, la parte preventiva es fundamental, se debe favorecer el auto cuidado, incluir el ejercicio, fortalecer la comunicación y pedir ayuda cuando se identifique una situación que rebasa, de ser necesario, recurrir al apoyo profesional en los propios centros salud.