IMPULSO/Silvia Núñez Esquer
Hace un año, el tres de mayo de 2016, solicitamos directamente al comité organizador de la ExpoGan Sonora la cancelación del concierto de Gerardo Ortiz en el palenque de dicha fiesta popular. La presentación estaba programada para el 4 de mayo, un día posterior a nuestra petición.
Fue el licenciado Rubén Molina, en su calidad de Secretario del Consejo Directivo de la Unión Ganadera Regional de Sonora (UGRS), quien nos atendió y explicó que si bien esa presentación no se podía cancelar por cuestiones legales del compromiso contractual, sí lo analizarían para el 2017.
Expuso que, aunque no son los organizadores del palenque, sí están en posibilidad de reservarse a quién y en qué condiciones lo rentan. Abundó en el carácter familiar de la ExpoGan, y cómo el nuevo consejo directivo encabezado por el licenciado Héctor Platt Martínez pretendía preservarlo.
A la vez, como Observatorio Feminista Clara Zetkin, planteamos la necesidad de que ante la imparable violencia contra las mujeres, se pusiera especial atención al compromiso como empresa socialmente responsable y no contribuir a promover la violencia de género y el feminicidio.
En ese tenor ofreció que para la próxima edición -2017- darían la facilidad para revisar conjuntamente con las mujeres de la sociedad civil la oferta artística que se incluiría en el palenque.
Nada ocurrió después o, más bien, sí, la edición 2017 llegó y el próximo 15 de mayo se presentará en Hermosillo Gerardo Ortiz. En sus canciones, es promotor de la violencia contra las mujeres, los celos como justificación para ésta, el feminicidio como castigo a la infidelidad. El cantante volverá, no obstante, a estar “vetado” en otros estados y en los palenques más famosos del país.
Las investigaciones judiciales que lo relacionan con actividades ilícitas pesaron para ese “castigo” del público, pero sobre todo pesaron más las decisiones de las autoridades encargadas de otorgar los permisos, ya que verse como facilitadores de la promoción de cantantes sujetos a investigaciones de esa naturaleza fue lo que realmente pesó para la suspensión.
Pero en Sonora, Ortiz tiene la puerta abierta, de nuevo fue contratado y la Unión Ganadera Regional de Sonora es la facilitadora. Pero no sólo esa agrupación es la responsable, ninguna autoridad ha reparado en que la poca o mucha inversión que se haga en prevenir y atender la violencia contra las mujeres es inútil si por otra parte tenemos la escuela de la música popular “regional” que echa abajo cualquier esfuerzo.