Diciembre 4, 2024
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Ventura conquista Jerez: seis orejas y rabo

El rejoneador Diego Ventura desplegó su magia ecuestre al lidiar seis toros en solitario la tarde de este domingo 7 de mayo en la plaza española de Jerez de la Frontera, donde cuajó grandes faenas para cortar seis orejas y un rabo con una indiscutible salida a hombros en compañía de sus hijos Diego y Jaime.
Diego Ventura se dio un festín de toreo en la tierra del caballo: Jerez, donde brindó a la gente de esta tierra y a sus toreros que tanto admira un merecido homenaje. El torero de la Puebla del Río se fue dando por entero, toro a toro, faena a faena, hasta culminar una tarde soñada.
La cumbre llegó en el último capítulo, frente al sexto toro, de Fermín Bohórquez, que tuvo todo lo bueno de esta ganadería y de su encaste: nobleza, temple y un tranco extraordinario que Diego Ventura aprovechó y cuajó en todos los tercios.
Clavó emplazado en los medios con “Guadalquivir” recibiendo de frente al astado para luego dejar un segundo rejón de castigo. Ya en banderillas, con “Fabuloso”, bordó el toreo a caballo. Porque se quedó en la cara, en los terrenos de adentro, y se lo cambió de costado una y otra vez a escasos centímetros de los pitones, muy despacio, como muleteándolo, en una espiral hermosa de simbiosis entre la cabalgadura y su, por entonces, compañero de danza.
Momento cumbre de la tarde, al que siguió ese proverbial dominio de los terrenos que pertenece a “Bronce”, con el que clavó sin cabezada para luego quedarse también en la cara, una y otra vez, mordiendo los pitones del ejemplar de Bohórquez antes de irse de la plaza con el mando único de las piernas del jinete y ese corazón en común que tienen Ventura y Bronce. Como si fuera testimonio del presente esplendoroso que da paso al futuro que ya está en la puerta, coronó su tarde -dos horas de toreo sin pausa- con “As de Oro” para clavar una rosa y recetar un rejón fulminante que tiró sin puntillas. Jerez se le terminó de entregar con las dos orejas y el rabo.
El temple, la despaciosidad y la tendencia a más en todo fue lo mejor de su faena al buen primero de Lagunajanda, que, como la actuación de Diego, fue también a mejor en su comportamiento entregado y con clase. Dos pinchazos y el descabello le privaron de obtener premio.
El segundo, de Cuvillo, sirvió mucho menos porque le faltó raza y movilidad ante las cabalgaduras. Acortó la faena ante la renuencia de su oponente. Pinchó en primera instancia antes de un rejón entero para hacerse con la primera oreja de la tarde.
Distraído siempre el tercero, de Fuente Ymbro, que recibió a portagayola y con la garrocha con “Generoso”. Logró encelarlo a base de llegarle mucho y pisar terrenos de cercanía, También los Forcados Amadores de Alcochete, se la jugaron sin cuento y pusieron la plaza en pie. Ventura cobró un espadazo para obtener dos orejas.
Soso el cuarto, de Torrestrella, lo paró Ventura con el debutante “Pintinhas”. Compartió el tercio de banderillas con Ferrer Martín y Duarte Fernandes. Ya nuevamente en solitario, cobró una rosa arriba previa a un rejón que fue suficiente. El público solicitó la oreja, pero el palco no la concedió.
Obtuvo dos orejas del quinto, de Los Espartales. Al que le sacó el fondo de calidad que tenía. Fue clave la lidia con “Nivaldo”, encelando una barbaridad al cuatreño, templándolo y pulseándolo para que respondiera. Puso la plaza en pie para después hacer debutar a “As de Oro” y “Tequila” en el último tercio. Rotundo el rejón, tanto como unánime la petición del doble premio que el palco concedió.
Se iba haciendo noche cuando Diego Ventura se despidió de Jerez de la Frontera, a hombros, con el rabo del sexto en sus manos y envuelto por una preciosa multitud de jóvenes que le coreaban como un héroe. A hombros cruzó la Puerta Grande entre palmas por bulerías, la felicidad retratada sin mácula en su expresión y sus hijos, Diego y Jaime, escoltándole. No cabía mejor final: mereció la pena soñar una tarde así con Jerez. Otra tarde para la historia del rejoneo.