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Venezuela está “en el peor momento de sus relaciones con Estados Unidos”

IMPULSO/ Edición Web
Venezuela
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ha denunciado “una agresión imperialista de carácter global” contra su país, señalando como supuestos organizadores a “la derecha oligárquica”, el Gobierno de Donald Trump y la cadena de televisión BBC, y que ha llevado a las relaciones entre Venezuela y Estados Unidos a “su peor momento“, lo dijo en una rueda de prensa abierta a “todos los medios mundiales”.

Maduro señaló directamente a Estados Unidos como responsable de “una campaña mundial” de “fake news” (noticias falsas) para justificar “una invasión militar de Venezuela”, un plan que tanto él como su predecesor, Hugo Chávez, llevan “denunciando obsesivamente” desde hace décadas. El mandatario leyó un manifiesto del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales denunciando “la injerencia estadounidense en la región durante los últimos dos siglos” y en el que se dice que “el Gobierno de Trump supone la puerta de entrada al fascismo y el autoritarismo”.

El mandatario anunció que escribirá una carta “muy pronto” a Trump para hablar con él, ya que no le responde al teléfono, dijo Maduro. También anunció que pedirá a la Interpol la detención de la fiscal general, Luisa Ortega Díaz, que huyó junto a su marido, diputado chavista, a Colombia, donde fue acogida por el Gobierno de Juan Manuel Santos. Maduro acusa a Díaz de “traidora” y de ser “un peón en los planes de Estados Unidos”, y pronostica que “acabará olvidada”. A Santos, el chavista le ordenó que le llame “papaíto”, y le tachó de ser “el peor presidente de Colombia”, acusándole de “destruir” las relaciones bilaterales construidas durante el mandato de Álvaro Uribe.

Detrás de la “conspiración” estadounidense, Maduro sitúa a “Miami, Bogotá” y especialmente a la cadena pública británica BBC, que tilda de “el mayor instrumento de propaganda para promover la invasión de Venezuela de la historia”, que “ni durante la guerra de Iraq había alcanzado un nivel tan asqueroso”. En contra, celebró la existencia de “una ola de verdad, solidaridad y acompañamiento a la revolución bolivariana”, que “nunca le entregará el poder a la oligarquía”, en referencia a la oposición venezolana.

Constituyente
El presidente venezolano, que se describió a sí mismo como “presidente-pueblo”, también celebró con un vídeo la existencia de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), organizada ilegalmente y rechazada internacionalmente, y pidió que organizara una sesión para “explicar la verdad verdadera” de “la gesta heróica” del 30 de julio, día en el que se votó la ANC en medio de irregularidades, mesas vacías y denuncias de manipulación de los resultados.

El mandatario describió a la ANC, controlada completamente por el chavismo, como “una constituyente de tercera generación” que “está por encima de todos los poderes”, y destacó que él mismo había sido ratificado como presidente por decreto, algo que no ha pasado con el Parlamento (Asamblea Nacional, AN, de mayoría opositora), que “existe pero no existe”, ya que, según Maduro, la ANC le ha despojado de todo poder político. En opinión del presidente, la ANC tiene el poder absoluto para aprobar mediante decreto cualquier tipo de ley o medida sin consultar a nadie ni respetar los poderes existentes, pero “deberá hacer un referéndum si quiere aprobar una nueva Constitución”, algo que la cámara chavista ni siquiera se ha planteado debatir.

Maduro permitió preguntas de personas seleccionadas por el Gobierno, como un profesor estadounidense reconocido defensor de las políticas de Chávez, Daniel Kovalnik. Ante sus preguntas, el presidente celebró la “democracia protagónica” de la revolución chavista y denunció “cuatro meses de crímenes”, en referencia a las manifestaciones en contra de la anulación de la AN. Maduro afirmó que necesita “ganar la batalla de la opinión pública” y pidió “apoyo de la izquierda internacional” para defender a su Gobierno y evitar que termine como “los países hermanos Iraq y Libia”.

El presidente pidió a los medios “difundir la verdad” de que en octubre se celebrarán elecciones a gobernadores de los estados “como un reloj, cada cuatro años”, lo cual es mentira, ya que estas elecciones debían haberse celebrado en diciembre de 2016, junto a elecciones municipales y a los parlamentos estatales que fueron suspendidas inconstitucionalmente y que todavía no tienen fecha de celebración.

También destacó que “todos” los partidos de la oposición se anotaron como candidatos, pese a que no se les permitió usar la candidatura conjunta de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), y prometió “celebrar y ganar” las elecciones presidenciales programadas para 2018. ECONOMIA.HOY.MX