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“Veneno de alacrán contra males autoinmunes”

IMPULSO/ Agencia SUN
Ciudad de México
El veneno de alacrán puede ser utilizado para combatir enfermedades autoinmunes como la diabetes tipo 1, artritis reumática o el lupus, lo que representa una innovación en el uso de un insecto del que existen más de 281 especies en el país, afirmó Lourival Domingos Possani Postay, investigador del Instituto de Biotecnología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
En entrevista con EL UNIVERSAL, Possani Postay, afirma que el veneno de los alacranes tiene múltiples aplicaciones, puede ser utilizado para desarrollar anticuerpos, a fin de combatir el efecto de la picadura de estos insectos, antibióticos, insecticidas y hasta para el combate de enfermedades autoinmunes.

Al realizar un recorrido por su laboratorio en el Instituto de Biotecnología de la UNAM, destaca que por más de 40 años se ha dedicado al estudio de los alacranes. En una primera fase de su investigación identificó los tipos de componentes presentes en el veneno, su estructura química y su función.

“Hemos hecho una contribución que considero muy importante no sólo en México inclusive a nivel internacional porque el trabajo que hemos hecho en México lo hemos reproducido con alacranes de otras partes del mundo y hemos publicado esos resultados”, dijo el investigador del Instituto de Biotecnología de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Premio Nacional de Ciencias

Possani Postay ganó en 2016 el Premio Nacional de Ciencias en el área de tecnología, innovación y diseño “por su contribución científica al estudio de la estructura y función de los péptidos y proteínas de los alacranes”. Esta fue la segunda ocasión en la que el biólogo recibió este reconocimiento otorgado por la Secretaría de Educación Pública (SEP), la primera vez fue en 1996 en el área de ciencias físico-matemáticas.

Como si se tratara de una visita guiada en un museo, el investigador de origen brasileño muestra cada parte de su laboratorio donde pasa la mayor parte de su tiempo y se ha convertido en su segundo hogar. Sin temor toma de un recipiente un alacrán de los “güeros” que habitan en el norte del país, principalmente en Durango, lo sujeta cuidadosamente del aguijón y explica donde se encuentra la glándula donde deposita el veneno.

Detalla que de las 281 especies de alacranes que existen en México, sólo 16 son peligrosos para el ser humano, por lo que el veneno de la gran mayoría no representa ningún riesgo. Nuestro país alberga 12% de la diversidad de alacranes en el mundo, que ascienden a más de 2 mil especies, por lo que destaca la importancia de preservar la biodiversidad y estudiarla.
¿En qué consiste la investigación por la que ganó el Premio Nacional de Ciencias 2016?
—Durante todo este tiempo que hemos trabajado, nos hemos dedicado a la parte de bioquímica básica, pero a medida que fuimos entendiendo los componentes químicos del veneno pensamos que algunos podrían tener cierta aplicación y empezamos a registrar patentes, tengo 90 patentes registradas, desarrollamos varios trabajos de la aplicación posible de los trabajos.

En el veneno, además de caracterizar las proteínas que funcionan como toxinas y que pueden matar al humano, descubrimos que puede hacer otras cosas, por ejemplo, encontramos péptidos que son pequeñas proteínas que tienen acción microbiana, matan a las bacterias y microorganismos, entonces, con el problema de los antibióticos comerciales que la gente exagera en su uso y que se están tornando bacterias resistentes, abre un campo importante de investigación y búsqueda de nuevos antibióticos, es una de las cosas que hicimos, tenemos algunas patentes registradas.

De todos los péptidos, encontramos unos que son específicos para canales de potasio del sistema inmune del individuo, capaces de bloquear específicamente unos canales iónicos que son muy importantes para el desarrollo de autoinmunidad, en el cual tu propio sistema inmune empieza a fabricar anticuerpos que dañan otras proteínas del organismo, conocidas como las enfermedades autoinmunes. Encontramos en los péptidos que bloquean esos canales y que tienen ciertas posibilidades de ser desarrolladas como drogas en el futuro para el control de enfermedades inmunológicas, esos son los efectos innovativos y aplicativos.

Esos péptidos nosotros caracterizamos su estructura, su función y requerimos patentes que la UNAM tiene la propiedad y se dio ahora a un laboratorio farmacéutico que está conduciendo los primeros estudios clínicos para ver si eventualmente se puede usar este péptido para la cura de ciertas enfermedades autoinmunes.
¿Cómo qué tipo de enfermedades son las autoinmunes?
—La diabetes tipo 1, la psoriasis, artritis reumática, lupus eritematoso, hay una serie de enfermedades autoinmunes que se piensa sí podemos bloquear de manera selectiva los canales de potasio de ciertos linfocitos que son responsables de la generación de anticuerpos, que se reconoce en tus propias proteínas y te causa la enfermedad, si se puede bloquear eso, se podría eventualmente revertir el problema de la enfermedad autoinmune, esa es la perspectiva que presenta ese trabajo.
¿Cuánto tiempo llevaría desarrollar esta información clínica para su aplicación?
—Eso va a llevar varios años, la compañía Columbia, ellos ahora tienen el derecho de las patentes, son como 20 patentes registradas en todo el mundo y están conduciendo los estudios clínicos, pero la experiencia clínica requiere un esfuerzo y una inversión muy grande, realmente no sé qué va a pasar en el futuro. Nosotros hicimos la investigación básica, la primera etapa, descubrimos la sustancia, la caracterizamos y dijimos lo que hace, pero eso no es todo, falta otro proceso para que sea aplicada.
¿Cuáles son otros usos del veneno del alacrán?
—Dentro de nuestro trabajo, encontramos una serie de cosas: toxinas que matan al humano, descubrimos los antibióticos, unos péptidos que reconocen a parásitos que causan ciertas enfermedades como la malaria, hallamos un péptido enzimalárico, las toxinas para insectos, los péptidos moduladores de los canales iónicos para enfermedades autoinmunológicas, y la información necesaria para crear un nuevo antiveneno de tipo humano.

Hay muchos otros componentes, por ejemplo, la gran mayoría de los alacranes de México no son peligrosos para el humano, en el país hay 281 especies descritas, pero se sabe que son más que esas, la nación tiene cerca de 12% de la biodiversidad total de alacranes en el mundo, hay más de 2 mil especies en el mundo, México tiene 281.

Hoy sabemos que tenemos 16 especies distintas que son peligrosas para el humano, si bien que de las ocho que sabíamos años atrás, son las importantes porque están en los estados donde hay mayor incidencia del piquete de alacrán y donde se requiere la aplicación del antiveneno para que la persona no muera.

Los antivenenos son la otra vertiente aplicativa que estamos desarrollando con el doctor Baltazar Becerril. El trabajo que hicimos es desarrollar anticuerpos de origen humano en lugar de caballo, puesto que los anticuerpos vendidos en el mercado se hacen a través de inyectar bajas cantidades de veneno en los caballos, poco a poco el animal reconoce la toxina y genera anticuerpos que neutralizan la acción.

Nosotros, con el doctor Becerril, estamos desarrollando anticuerpos de tipo humano, sacando un poco de sangre del donador humano, nosotros mismos, y aislamos los genes que codifican para los anticuerpos y hacemos un banco a partir del repertorio que son de millones de moléculas de anticuerpos diferentes, y de ahí seleccionamos las que son capaces de reconocer las toxinas del veneno del alacrán.

Tenemos un par de patentes registradas y estamos aumentando nuestro conocimiento con relación a estos anticuerpos humanos. Encontramos otras cosas muy interesantes, en el veneno del alacrán existen otras proteínas que no son tóxicas para el humano, pero sí para otros organismos, insectos, entonces existen insecticidas. Hallamos proteínas en el veneno que no hace nada en el humano, pero puede matar otros bichos de los cuales el alacrán se alimenta, por ejemplo, la larva de mosca, los grillos, cucarachas, incluso algunas plagas de la agricultura. De las 281 especies que yo te dije y que sólo 16 son malas para el ser humano, la gran mayoría poseen péptidos o proteínas que pueden ser insecticidas que reconocen otros sistemas sin hacer nada al humano.
¿Me podría explicar sobre la aplicación que se da al veneno del alacrán como antibiótico?
—Hallamos unos péptidos pequeños que están dentro del veneno del alacrán que no permiten que se desarrollen las bacterias, son antibióticos que hacen a la parte externa de la membrana de la célula, hacen que la membrana quede rígida y con eso se rompe, hace “hoyos”, entonces, eso es lo que hace con la bacteria, se muere la bacteria y no se puede reproducir. El alacrán lo hace justamente para eso, es un animal muy antiguo, tiene más de 450 millones de años en la tierra y pudieron desarrollar muchas herramientas moleculares, por lo que su veneno le da la posibilidad de sobrevivir.
¿En cuánto tiempo podríamos ver un antibiótico derivado de veneno de alacrán?
—La patente se cedió a una compañía farmacéutica que lo está viendo, no sabemos si se va a poder usar directo o en conjunción con los antibióticos que existen. Eso es lo que está analizando la compañía, mezclar los antibióticos de alacranes con los comerciales para potenciar y usar menos al comercial. Los antibióticos del alacrán también pueden causar daño al humano si fuera inyectado, porque es muy activo, puede causar daño a la célula del humano, es uno de los problemas que estamos estudiando, tenemos que usar antibióticos de alacrán que actúen de forma externa para aplicación tópica, para el pie de atleta o pie diabético. Ese es el tipo que estamos pensando hacer.
¿Cómo es el apoyo a la ciencia, se ha aumentado o se ha estancado?
—Parece que aumentó un poco en los últimos años y, sobre todo, el gobierno, el Conacyt, contrato a muchachos que estamos formando, ha contratado a más de 2 mil jóvenes que tienen doctorado. Es un problema mantener la planta de investigadores, estamos formando gente joven, hay que darles oportunidad. En temas de recursos estamos bastante limitados, sobre todo en el último año redujeron el número de apoyos que están dando para la investigación y eso me preocupa, porque si no hay recursos para la investigación científica, toda esa experiencia previa y esos años se van a ir perdiendo.
La investigación tiene que ser continua, el gran éxito es la persistencia, la perseverancia, no tienes que ser muy brillante, sino muy trabajador y persistente, yo creo que nuestras autoridades que manejan los recursos tienen que entender eso y no deben hacer que empecemos ahora un ciclo sin recursos para hacer investigación básica, porque eso eventualmente en el futuro va a costar mucho trabajo y ahora tenemos una experiencia de 40 años que el Conacyt hizo, se debe de continuar apoyando a la ciencia.