Vargas Llosa habla de Castro y Trump

IMPULSO/ Agencia SUN
Ciudad de México
Durante la FIL Guadalajara, Mario Vargas Llosa habló de Fidel Castro, del deslumbramiento que significó para su generación y luego de la desilusión de ver que al final convirtió a Cuba en una dictadura comunista que duró 57 años y que, ahora con su muerte, ese sistema de dominación tendrá que irse resquebrajando poco a poco
“El balance es que ha sido el dictador más longevo de la historia latinoamericana, ninguna dictadura latinoamericana ha durado los 57 años de la dictadura cubana, hay casi cuatro generaciones de cubanos que sólo conocen la dictadura y entonces su muerte es como bolita de nieve que empieza a correr, es como la muerte de Stalin, como la muerte de todos los grandes dictadores, es muy difícil que el régimen sobreviva a la desaparición del dictador, que era el que mantenía más o menos inmovilizada la estructura y le impedía modernizarse”, señaló el narrador.
El Premio Nobel de Literatura 2010 aseguró que no hay nadie que pueda reemplazar a Fidel como el mito y la leyenda en que se convirtió. “Entonces, comenzarán a resquebrajarse poco a poco las estructuras de dominación, de control y esperamos que este proceso sea rápido y sobre todo indoloro, que no traiga más violencia que la que ha padecido ya el pueblo cubano”, explicó.
En la conferencia de prensa que el escritor concedió a propósito del homenaje por sus 80 años y por la presentación de su novela Cinco esquinas en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, Vargas Llosa también habló de Donald Trump.
“Nos parece tristísimo a muchísimos que en un país como Estados Unidos, donde se supone que hay gente educada, gente bien informada [sic.], puedan votar por un demagogo inculto como es el señor Trump. Es una cosa tristísima, pero es una demostración más de que la cultura, la civilización, no vacuna a una sociedad contra el populismo, contra la demagogia”, señaló.
Dijo que hay que preocuparnos muchísimo porque, siendo Estados Unidos el país más importante del mundo, los efectos de la demagogia y del populismo van a sentirse no solamente en la población norteamericana, sino en el resto del mundo.
Agregó que hay que desear que los mecanismos de control que tiene “una sociedad democrática como la norteamericana” controlen suficientemente al presidente para que no produzca los estragos que promete hacer desde el poder; allí juegan un papel importante tanto el Congreso como la Corte Suprema, que tiene una importancia extraordinaria en Estados Unidos.
“Al mismo tiempo, hay que recordar que ha sido esa masa más bien desinformada, racista, prejuiciosa, que era mucho más grande de lo que podíamos imaginar, la que lo ha llevado al poder. Entonces él puede sentirse muy ensoberbecido con ese triunfo y actuar como un caudillo, imponerse y tratar de sacar adelante su programa, si es así, sería realmente trágico para Estados Unidos y para el mundo. Entre otros peligros, el de una confrontación mundial, si hace los disparates que dice, puede llegar a ocurrir, yo creo que hay que estar preparados”, apuntó el autor de Conversación en la catedral.