Julio 16, 2024
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Unen poesía, música y ruido en el proyecto ‘Caja acústica’

Los artistas Lucía Hinojosa, Ángel Florido y Doris Steinbichler hurgan en la relación entre sonido, cuerpo e instrumento

Así, los tres creadores aportan su experiencia para generar una especie de cápsula sonora, con un ambiente íntimo, donde es tan válida la palabra que el ruido, la música que la vibración.

Una suerte de improvisación, experimentación vocal y proyección de audiovisuales. Todo esto se conjuga en el proyecto Caja acústica, de los artistas Lucía Hinojosa, Ángel Florido y Doris
Steinbichler, que se presentará este sábado, a las 19:00 horas, en la Sala de Arte Público Siqueiros (SAPS).

Con la curaduría de Enrique Arriaga, los tres creadores invitados, dos mexicanos y una suiza, harán cohabitar música y poesía en una sesión. “No sólo se tratará de una sesión de música contemporánea, poesía y ruidismo, sino también de un ejercicio performático basado en la relación sonido, cuerpo e instrumento”, explica Lucía Hinojosa.

La práctica de esta artista, con estudios en SOMA en la Ciudad de México y graduada en el Departamento de estudios visuales y críticos de la Escuela de Artes Visuales de Nueva York, tiene un enfoque sociológico, “de ahí que emplee video, texto, multimedios y sonido para indagar alrededor de la identidad, la percepción y la poesía en relación con la política”, informa el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL) en un comunicado.

El percusionista mexicano Ángel Florido es egresado de la Facultad de Música de la UNAM y se especializa en música contemporánea, por lo que imprime un ambiente sonoro y de vibración singular a la obra.

Y la suiza Doris Steinbichler es una artista del performance y del noise-art, quien en los años 90 del siglo pasado estuvo al frente de Epicentro, un espacio independiente pionero en México en la promoción del arte no objetual.

Su trabajo, incluida Caja acústica, consiste en mostrar los diferentes aspectos de la conciencia social y de género, por ello sus obras impulsan exploraciones expandidas de la fotografía, el sonido y la imagen proyectada; y “promueven la participación con la presencia del cuerpo en vivo en el campo del performance art, con acciones colaborativas y participaciones o con el conjunto de todas ellas”, se apunta.

Así, los tres creadores aportan su experiencia para generar una especie de cápsula sonora, con un ambiente íntimo, donde es tan válida la palabra que el ruido, la música que la vibración.

Esta obra es un ejemplo de cómo la Sala de Arte Público Siqueiros, ubicada en Tres Picos 29, colonia Polanco, ha abierto su espacio al arte contemporáneo para dar continuidad a las inquietudes técnicas y temáticas del muralista chihuahuense David Alfaro Siqueiros (1896-1974), quien legó esta casa al pueblo mexicano junto con una importante colección de obra de caballete, gráfica, dibujo, estudios y proyectos murales, así como su archivo personal y biblioteca.