IMPULSO/José Carreño Carlón
Asesinatos y amnistía. La “cabeza” de este artículo no limita su contenido a la violencia de las bandas criminales que ahora asesinan políticos con la probable intención de presionar por decisiones favorables de partidos, gobiernos y congresos. Tampoco va sólo a consignar el intercambio de obuses entre protagonistas y actores secundarios del proceso. Ni se agota en los petardos de las redes sociales adictas al maniqueísmo fanático, impermeables a la información e intolerantes a todo dato o razonamiento desfavorable a su líder. Y mucho menos incluye este autor en el “fuego cruzado” los disparos a gol que detonarán en ocho días en el Mundial de Rusia, como lo sugiere la teoría de un complot fraguado para desmovilizar votantes.
Nótese que no hablo de unas elecciones a fuego cruzado, sino de una sucesión a fuego cruzado, lo cual abarca el proceso post electoral de trasmisión del poder, sujeto a nuevas cargas de fuego graneado en direcciones múltiples. Un ejemplo, las renovadas arremetidas de las bandas criminales, habilitadas como factores de la sucesión por el ofrecimiento de ‘amnistía’ del candidato más adelantado, centran sus homicidios en personajes de la política y con ello abren interrogantes sobre su capacidad de incidir en las últimas semanas de campaña y en los pasos previos y posteriores al cambio de poderes, tanto si gana como si no gana el oferente del “perdón”.
Y otro ejemplo: la nueva embestida de la CNTE, con pocos seguidores, pero con métodos profesionales de desquiciamiento urbano, se dirige a reactivar sus expectativas de recuperar el control de plazas y nombramientos del sistema educativo, a partir de la oferta del puntero de cancelar la reforma en ese campo. Y el ataque de hoy a la Ciudad de México podría constituir el inicio de una serie de pruebas de fuerza para tratar de asegurar el cumplimiento de una promesa de campaña, si gana AMLO, o para presionar al que gane con la expectativa despertada por este candidato. Pero una regresión en el campo educativo provocaría cruces trasatlánticos de misiles de organismos multinacionales como la OCDE ante una nueva oportunidad perdida por México, de construir capacidades para competir en el mundo del desarrollo tecnológico exponencial.
Territorio comanche. Acaso el fuego más dañino que cruzará la nación a la hora de la transferencia del poder es la aberrante guerra comercial iniciada por Trump contra México, Canadá y Europa, controversia que se extendería a otros puntos de confrontación con una presidencia mexicana de AMLO, según un muy leído artículo del “WS Journal” del domingo. Éste además alerta que si realmente le bajara a su radicalismo en la Presidencia, como se lo asegura López Obrador a los empresarios, entonces los proyectiles vendrían de los radicales que lo habrían llevado a la Presidencia. En todo caso, quien gane probablemente asumirá el poder a la manera del corresponsal de guerra que entra en “territorio comanche”, como lo describió Pérez Reverte en su libro ya clásico de ese nombre: “el lugar donde… caminas pegado a las paredes, hacia los tiros que suenan a lo lejos, mientras escuchas el ruido de tus pasos sobre los cristales rotos… y aunque no ves a nadie sabes que te están mirando”.
Perplejos. Con lo trascendido de la reunión de ayer de López Obrador y el Consejo Mexicano de Negocios se habría completado el triángulo de hierro electoral (encuestas, medios/redes y dinero), con muestras de entendimiento o resignación del establishment ante una opción anti establishment. Así ocurrió el fin de semana en Italia y antes con Trump y el Brexit. A ver qué dicen los votantes, pero ya se puede anticipar que, con sus diferencias, se trata de democracias que cumplen el requerimiento de la competencia, pero cuyos competidores no siempre cumplen el requerimiento de la democracia, como lo enseña el profesor Daniel Innerarity de la Universidad del País Vasco, la semana pasada en México para presentar su nuevo (imperdible) libro Política para perplejos (Galaxia Gutenberg).
