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Toluca
Jeanette Vizguerra, una mexicana madre de cuatro hijos e indocumentada, ha sido elegida por la revista Time entre las 100 personas más influyentes del mundo. Un homenaje para una luchadora que no ha bajado los brazos en tiempos y tierras difíciles desde que Donald Trump es presidente.
La mujer está viviendo en una iglesia de Denver desde febrero. Al lugar tuvo que acudir con tres de sus hijos para refugiarse y no ser deportada. Jeanette llegó a Estados Unidos desde México en 1997, con su esposo y su hija mayor. Ha estado viviendo indocumentada desde ese entonces y tuvo otros tres hijos nacidos en territorio estadounidense. Todos tienen menos de 12 años.
Jeanette llegó a Estados Unidos hace veinte años con su familia escapando de la violencia en México. En febrero pasado, después de que el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos le negara extender su estadía en el país, en el marco de la promesa del presidente Donald Trump de expulsar a millones de indocumentados, la mujer, de 47 años, se mudó al sótano de la First Unitarian Society Church, una iglesia en Denver, Colorado.
Sabía que el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas no ingresa (salvo excepciones) en lugares de culto, escuelas u hospitales para deportar a inmigrantes irregulares.
Jeanette se instaló allí con sus tres hijos menores, de 12, 10 y seis años, todos ellos ciudadanos estadounidenses. La Iglesia del Unitarismo universalista (de raíces protestantes) le abrió sus puertas como a cualquier refugiado.
Días después, la mujer declararía: “La gente afuera piensa que es duro, se pregunta cómo puedo sacrificar tanto. Pero cuando veo a mis niños saludables y felices, todo se supera. Puedo estar aquí y abrazarlos y tenerlos a mi lado. Estoy dispuesta a hacer lo que sea, estoy dispuesta a sacrificar lo que sea necesario para poder estar con mis niños”.
Llegaron a Denver en la navidad de 1997 y, para poder trabajar, Jeanette consiguió documentos falsos. En 2009 comenzaron sus problemas. Una patrulla la detuvo por tener las patentes de su automóvil vencidas. El agente revisó el vehículo y encontró que la licencia y el número de seguro social eran falsos. Fue condenada por un delito menor y pasó 23 días en prisión.
En 2011, un juez le ordenó que abandonara voluntariamente el país, una decisión que su abogado, Hans Meyer, apeló. Al año siguiente, Jeanette viajó a México para intentar ver por última vez a su madre, que se estaba muriendo. No llegó a tiempo. Al regresar a Estados Unidos fue condenada por volver a entrar al país ilegalmente.
Y ahora su decisión está tomada: “Ya hemos enfrentado estas cosas en el pasado y hemos conseguido vencer leyes y políticas que nos perjudicaban, es tiempo de unirnos y resistir, de luchar. Sólo saldré de esta iglesia con un documento que diga que soy una persona legal en Estados Unidos”.
Este jueves se enteró que es una de las 100 personas más influyentes del mundo. La lista, que da a conocer anualmente la revista Time, incluye a personalidades de la política, de los negocios, de las artes o del deporte, sin ubicarlos en un ránking y solo separándolos por los sectores en los que han destacado.
Entre los personajes incluidos destacó también el Papa Francisco. El cardenal Blase Cupich, arzobispo de Chicago, dio su opinión en la revista sobre la elección del Pontífice: “La primera vez que se reunió con los cardenales se describió fundamentalmente como un pecador. Antes de oír las confesiones en la basílica de San Pedro, él mismo se arrodilla para confesarse, porque nadie puede acompañar el sufrimiento del mundo sin reconocer sus propias faltas. Lo mismo se aplica para la Iglesia que lidera Francisco”.
La lista de Time, plagada de políticos estadounidenses, incluido el presidente Donald Trump, también incluye a líderes negativos como el norcoreano Kim Jong Un o el presidente filipino, Rodrigo Duterte.
Con información de Clarín