Noviembre 16, 2024
Clima
20°c Máxima
20°c Mínima

Una más del Cruz Azul

IMPULSO/Raúl Garrido

Hace poco, leí algo muy curioso sobre los equipos más importantes del futbol mexicano: ponen al América como el equipo de los ricos, a Chivas como el de los pobres, Pumas el de los estudiantes, Tigres el de la mejor afición. El resto de los equipos son identificados como clubes locales, allí encontramos también al Cruz Azul… ¿qué pasa con el equipo azul?, la afición no termina de identificarse con el club, si son hidalguenses, si son de la Colonia Noche Buena… ¿Qué pasa con Cruz Azul y su gente? Para colmo, se despiden este año del Azul para jugar en el Estadio Azteca, el del América.

Los cruzazulinos siguen viviendo de Marín, de las glorias de los 70, así como los más jóvenes lo hacen de Carlos Hermosillo y el penal que le marcó a Comizzo para ganar el último campeonato de “La Máquina”. Los más, más jóvenes vivían esperanzados en un Chaco Giménez que el mismo club echó por la puerta de atrás. Cruz Azul estuvo a nada de ser campeón y se dejó remontar dos goles.

Si bien la recordamos como una de las mejores finales de los últimos años, también fue increíble el modo cómo perdió Cruz Azul. Se habla mucho del acierto de Moi Muñoz por ir a cabecear, así como del yerro de Alejandro Castro, quien desvió el balón al fondo de la red. Allí, Cruz Azul revivió los fantasmas que lo han perseguido en la era reciente, fue en ese momento que perdió la final y no en los penales.

Nadie recuerda los dos fallos de Pablo Barrera en el contragolpe del Cruz Azul, en ambos tuvo a Teófilo Gutiérrez a un costado para darle el balón, para que el colombiano se metiera a la portería con todo y el esférico, no lo hizo y esos errores le costaron el título al Cruz Azul. Si Barrera suelta el balón, otra historia estaríamos contando, pero no fue así y ya conocemos el final épico que tuvo esa final.

Como en “El laberinto de la soledad” de Octavio Paz, Cruz Azul carece de identidad, no es el equipo de los pobres, ni de los ricos, tampoco es el equipo de los estudiantes, ni el de la mejor afición, por si fuera poco, salieron de su casa en Hidalgo para llegar de arrimados a una ciudad donde dos equipos mandan claramente: Pumas y América, incluso hay gente que se identifica más con los exiliados Necaxa y Atlante que con el equipo de Billy.

Los cementeros ya no son un equipo respetado, tampoco su afición, todo lo contrario, tanto el club como sus hinchas son objeto de burlas, incluso se ha creado un nuevo verbo para describir alguna situación penosa o, como coloquialmente decimos, “cagarla”, el verbo no es otro que “cruzazulear”, se dice que “ya la cruzazuleé” cuando tenía todo para triunfar y perdí al final, ¡ingenioso!

La identidad es importante en la vida, cuando no hay identificación con la institución, difícilmente existe la lealtad, pasa con el Cruz Azul. Su afición no está muy convencida de ser parte del equipo, de irle como decimos en México. No se identifica porque no hay identidad en el club y, en cualquier momento, la afición prefiere irse del equipo, no por las burlas o por pena al equipo, sino porque no hay un sentido de apropiación.

La cuestión es sencilla, las cosas son muy simples, Octavio Paz, Samuel Ramos y hasta Leopoldo Zea han tratado de entender la falta de identidad del mexicano sin llegar a una respuesta óptima, esto se traslada al futbol. Por supuesto, en Argentina se dice “yo soy de Boca”, en México, por el contrario, la frase es “le voy al Cruz Azul”. La diferencia, por mínima que parezca, es enorme y eso implica infinidad de cuestiones.

La muerte de don Guillermo Álvarez Macías y la designación del hermano menor, Billy, por encima del mayor, Alfredo, para dirigir el barco, trajo consigo muchos problemas: lucha de egos. El equipo no es un juguete, pero ellos no lo entienden así y lo manejan a placer, sin importar lo que piense o sienta la afición. Hoy, el club enfrenta un nuevo problema legal, ahora entre los hijos de éstos.

Primo contra primo por el control del equipo. Robin Álvarez, hijo de Billy, tiene el control de casi todo, menos del primer equipo, él vendió al Cruz Azul Hidalgo y desapareció las fuerzas básicas, mientras que su tío ascendió a ese mismo equipo desde tercera división y sacó jugadores como Melvin Brown, Víctor Gutiérrez o Tomás Campos, quienes fueron titulares en esa final de Copa Libertadores contra Boca Juniors.

¿Será que el Cruz Azul tiende a desaparecer por esa falta de identidad y tantos problemas legales? Según Ignacio Suárez, columnista del diario “Récord”, la cooperativa se ha gastado alrededor de tres mil millones de pesos entre demandas y abogados, y quien sufre sigue siendo la afición celeste.

Etiquetas:, ,