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Ankara
El Gobierno turco anunció este miércoles la suspensión de sus funciones de 9.103 agentes de policía por supuestos vínculos con la red del clérigo islamista Fethullah Gülen, a quien Ankara acusa de organizar la intentona golpista del pasado julio.
La Dirección General de Seguridad informó en un breve comunicado de que 9.103 agentes han sido suspendidos por tener vínculos con “la Organización Terrorista de Fethullah Gülen”, como definen las autoridades turcas a la red del predicador.
La medida se toma gracias a las prerrogativas del estado de emergencia establecido tras la fallida asonada, que permiten al Gobierno turco tomar medidas excepcionales para garantizar la seguridad.
Unos 2.500 policías suspendidos estaban destinados en Estambul, otros 1.350 en Ankara y el resto estaban destacados en otras provincias del país.
Esta nueva purga masiva de funcionarios llega cuando horas antes se detuvieron a al menos 1.120 personas -en su mayoría policías y otros agentes de las fuerzas de seguridad- por presuntos vínculos con la red gülenista.
Tras las primeras detenciones, el ministro turco del Interior, Süleyman Soylu, declaró que las fuerzas de seguridad y el aparato judicial “han dado un paso importante para descubrir y destruir una estructura que infelizmente se infiltró en nuestra dirección de seguridad”.
Gülen fue hasta 2013 un estrecho aliado del gubernamental islamista Partido de Justicia y Desarrollo (AKP), en el poder desde 2002 en Turquía. Divergencias de estrategia y luchas de poder terminaron de enemistar a los gülenistas y el AKP, convertidos ahora en enemigos irreconciliables.
El AKP pidió la extradición de Gülen (autoexiliado en Pensilvania, EE.UU.) y empezó a purgar la Administración de presuntos miembros de la cofradía antes del fallido golpe de Estado, pero tras la asonada la persecución se ha intensificado.
Si bien Gülen ha negado toda implicación en el golpe, la policía turca ha detenido a más de 110.000 personas por gülenismo tras la asonada.
Entre las más de 40.000 personas que esperan juicio entre rejas hay unos 10.000 policías, 7.000 soldados y 168 generales, así como 2.000 jueces y fiscales, informó el ministro de Interior turco a principios de este mes.
Por otro lado, el Gobierno turco ha suspendido mediante decreto a unos 140.000 empleados públicos por presuntos vínculos con la organización islamista.
Con información de Globovisión