IMPULSO/Enrique de la Madrid
Durante esta semana que termina, tuve el gusto de estar en la ciudad de Buenos Aires, Argentina, para participar en la edición 2017 del World Economic Forum para Latinoamérica.
A nivel mundial, se vuelve cada vez más recurrente en estos paneles de discusión abordar el papel que tiene el turismo como herramienta de desarrollo y su valiosa contribución para crear oportunidades de empleo y desarrollo personal.
El turismo lleva siete años consecutivos creciendo por encima del PIB global y el número de turistas que viaja fuera de su país aumenta a un ritmo anual de más de 50 millones, lo que pone en perspectiva las necesidades de inversión y la cantidad de empleos que se requieren para atender a este sector en expansión.
Al ser un sector en crecimiento e intensivo en mano de obra, la Organización Mundial de Turismo estima que hasta 10% de todos los empleos del mundo actualmente se sustentan en la actividad turística.
A esto debemos sumar el hecho de que el empleo turístico es de los menos afectados por las tendencias de automatización y cambio tecnológico, ya que es una actividad donde el trato personal y de calidad constituye una parte esencial del producto.
El turismo es también un poderoso motor para el emprendimiento y en el que muchas pequeñas y medianas empresas encuentran oportunidades de participación.
Al mismo tiempo el turismo contribuye con el desarrollo de las comunidades, pues la provisión de infraestructura y servicios turísticos se convierte en derrama inducida para muchos otros sectores de la economía.
De esta forma la información que proporciona el Índice de Competitividad en Turismo 2017, publicado por el WEF justo durante el encuentro en Buenos Aires, es sumamente útil pues nos ayuda a identificar las ventajas con las que contamos y que debemos fortalecer, así como las debilidades a atacar.
En primer término el reporte del WEF refleja el importante trabajo que ha realizado el gobierno del presidente Peña Nieto para detonar el sector turismo en México, pues nuestro país se ubicó en el lugar 22 entre 136 países en el Índice de Competitividad en Turismo, avanzó 8 posiciones con respecto a 2015, y 22 frente a 2013, cuando ocupábamos el 44.
Este es nuestro mejor nivel desde que se publica el Índice y el más alto de todos los países de Latinoamérica. También México es el país que más lugares escaló en el período gracias a que presentamos una mejora en 12 de los 14 pilares que lo integran.
Acciones concretas como el acuerdo aéreo firmado con EE.UU. y la promoción de nuevos vuelos a destinos internacionales nos permitieron ascender 3 lugares en Infraestructura y Conectividad Aérea y 4 escalones en Apertura Internacional.
La inversión pública y privada, y los programas de la banca de desarrollo como Mejora tu Hotel nos impulsaron 21 lugares en el pilar de Infraestructura Turística. Además, la reforma en telecomunicaciones nos ayudó a avanzar ocho lugares en penetración de tecnologías de información.
Una efectiva estrategia de promoción del país, un presupuesto utilizado eficientemente y el impulso al sector a través del Movimiento Viajemos Todos por México nos hicieron avanzar en el pilar de priorización del turismo como política pública.
