IMPULSO/ Agencia SUN
Washington
Estados Unidos bombardeó este jueves posiciones militares del régimen sirio como represalia por el ataque químico que el martes acabó con la vida de al menos 87 civiles y que Washington atribuye con absoluta certeza al gobierno de Bachar al-Assad.
Donald Trump, en su primera gran decisión militar internacional como presidente, ordenó el lanzamiento de 59 misiles de crucero Tomahawk contra la base aérea de Shayrat y otras instalaciones militares al norte de Siria.
“Esta noche he ordenado un bombardeo militar selectivo contra el aeropuerto en Siria desde donde el ataque químico fue lanzado”, anunció el mandatario en un mensaje desde Mar-a-Lago, minutos después de terminar la cena de estado en honor a la visita del presidente chino, Xi Jinping, que el jueves iniciaba su viaje oficial a Estados Unidos.
El asesor en Seguridad Nacional de la Casa Blanca, H.R. McMaster, dijo tras el anuncio que el consejo asesor en asuntos de Defensa e Inteligencia presentó a Trump tres opciones de respuesta al régimen sirio, y que el presidente tomó la decisión este jueves mismo.
Trump justificó su decisión por ser de “interés vital de seguridad nacional de EU prevenir el uso y expansión de armas químicas mortales”, y la necesidad de cambiar el comportamiento de A-Assad con su pueblo, tras “años de intentos previos (…) que fallaron de forma dramática”.
“Hago una llamado a todas las naciones civilizadas a unirse a nosotros en la búsqueda para acabar esta carnicería y baño de sangre en Siria”, expresó.
El ataque tomó a muchos por sorpresa y fue un ejemplo de la imprevisibilidad que Trump quiere dotar a sus acciones militares. Es, además, el primer ataque de Estados Unidos al régimen sirio en los más de seis años de guerra civil en Siria.
“No quiero decir lo que voy a hacer respecto a Siria”, había dicho horas antes desde el Air Force One, camino a Florida. Minutos después, su secretario de Estado, Rex Tillerson, dejaba entrever una respuesta “seria” de EU e, incluso, llegó a poner en duda el futuro de Al-Assad al frente de Siria.
A las 20:45 hora de Washington (19:45, hora de México), dos barcos destructores en el mar Mediterráneo iniciaban el bombardeo.
Tras ver las imágenes de las víctimas del ataque químico del martes, Trump dijo que “cambió mucho” su visión del gobierno sirio y los que le rodean aseguran que estuvo “muy afectado” especialmente por los niños muertos.
El Pentágono aseguró que se informó a muchos países aliados, incluidos estados árabes y socios como Canadá, de las intenciones de ataque.
El presidente Trump le avisó personalmente al mandatario chino del ataque, dijo una fuente oficial.
También se informó a Rusia a través del canal de comunicación militar, pero no se habló directamente con el Kremlin, a pesar de que en la base aérea atacada había soldados y fuerzas rusas, pero —según el Pentágono— se tomaron las medidas necesarias para asegurar que no fueran afectados.
Según fuentes de la Casa Blanca, el bombardeo podría ser simplemente un “aviso” a Al-Assad y el resto de países que “crucen la línea”.
“Creemos que el ataque es proporcionado”, aseguró Tillerson, quien no dudó en acusar a Rusia de “haber sido cómplice o simplemente incompetente (…) en quitar las armas químicas de Siria”.
Agregó que, pese al ataque, la posición militar de EU hacia Siria se mantiene invariable y no tiene intención de intervenir en la guerra civil del país.
Con su decisión, Trump viró totalmente su posición con respecto a la que tenía antes de llegar a la Casa Blanca. Cuando era sólo una celebridad televisiva tuiteó en más de una ocasión la necesidad de que EU se mantuviera al margen del conflicto sirio.
“¿Qué conseguiremos por bombardear Siria, además de más deuda y un posible conflicto a largo plazo? Obama necesita la aprobación del Congreso”, escribió en Twitter en agosto de 2013. Eso fue justo después que Barack Obama marcara una línea roja que le llevaría a intervenir militarmente en Siria si el país usaba armas químicas. Ese mes se produjo un ataque en el que murieron mil 400 civiles.
Es una agresión, dice Siria. La televisión estatal siria calificó el ataque de una “agresión”, y aseguró que se habían producido “pérdidas”. No hay detalles todavía si hay víctimas mortales. Las imágenes difundidas por el Pentágono muestran un aeródromo extremadamente dañado, si no destruido.
La respuesta de Moscú ante este ataque es ahora la más esperada, tras su advertencia de que habría “consecuencias negativas” si Estados Unidos decidían atacar Siria.
Rusia respalda al gobierno del presidente Al-Assad y lo apoya militarmente. Tillerson viaja la semana que viene a Moscú para verse con su homólogo, Sergey Lavrov, en parte para instarle a que reconsidere su “apoyo continuo” al dictador sirio.
En los círculos políticos de Washington, especialmente entre los demócratas, la principal duda era si el presidente tenía la autoridad legal suficiente para tomar una decisión militar sin el consentimiento del Congreso.
“Al-Assad es un dictador brutal que se debe hacer responsable de sus atrocidades. Pero el error del presidente [Trump] de no buscar la aprobación del congreso es ilegal”, afirmó el senador demócrata Tim Kaine.