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TLCAN, a la sombra de guerra comercial

IMPULSO/Agencia SUN

Ciudad De México

Antes de retomar la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), debe ser prioridad resolver la guerra arancelaria que enfrentan México, Canadá y Estados Unidos, socios del acuerdo, dijo el ex subsecretario de Comercio Exterior, Francisco de Rosenzweig.

“En el corto plazo la prioridad debe ser resolver la guerra arancelaria con los distintos socios comerciales, en tanto se encuentran condiciones favorables para avanzar en la renegociación del TLCAN en el mediano plazo”, afirmó. El exfuncionario, quien ocupó dicho cargo de agosto de 2011 en la administración de Felipe Calderón y permaneció pese al cambio de sexenio, para dejarlo en agosto de 2016, consideró que la imposición de aranceles al acero y aluminio por parte de Estados Unidos (EU) no contribuye a un ambiente favorable para alcanzar el TLCAN 2.0.

Además, muestra que en vez de flexibilizarse la posición de la Casa Blanca en la mesa de la renegociación del TLCAN, ésta se endurece, lo que se hizo evidente a partir del jueves, con la decisión de imponer los mencionados aranceles a México, Canadá y la Unión Europea, alegando razones de seguridad nacional.

“Definitivamente es una señal de buscar ablandar a México y a Canadá donde no han cedido en la renegociación”, dijo. Pero a pesar de ello, el gobierno mexicano debe mantenerse sin ceder en temas sensibles y descartar la vía bilateral que ofrece el presidente estadounidense Donald Trump.

Para De Rosenzweig, la respuesta de México a los aranceles a través de imponer una medida similar contra productos estadounidenses es “oportuna, firma y contundente”, pero habrá que esperar la reacción del gobierno de Estados Unidos “para ver cómo escala esa controversia comercial”.

Es evidente que por ahora la modernización del TLCAN está en un impasse, justo en momentos en que México está en medio del proceso electoral para renovar la Presidencia de la República y eso significará que cuando se tenga al ganador iniciará un diálogo entre el nuevo gobierno y la administración actual para ver cómo avanzar en el tema.

El ahora socio de la firma White & Case explicó que se enfrenta “un enrarecimiento del contexto político-comercial a nivel global, lo cual ha provocado históricamente resultados muy dolorosos para la sociedad en su conjunto, Es muy complicado alcanzar un acuerdo con un [presidente] Trump impredecible”, dijo el ex funcionario, a quien le correspondió dar seguimiento a la implementación del acuerdo de autotransporte de carga con Estados Unidos, además de negociar con el país vecino los conflictos comerciales por el atún, el azúcar y realizar la revisión quinquenal del acuerdo sobre el jitomate.

Si bien consideró que el problema del presidente Trump es su forma de ser, expuso que “el presidente Obama no era por mucho un presidente sencillo en términos de impulsar y defender los intereses de Estados Unidos, me parece que era un presidente muy duro”.

Eso lo pudo constatar durante los años en que se llevó a cabo la renegociación del acuerdo azucarero bilateral, que llevó a revertir el libre comercio de dicho producto y que sometió a México a cumplir cuotas, por considerar que se exportaba con subsidios y por debajo del precio real.

Ahora, en medio de la renegociación del TLCAN, cuando “se encuentra en un impasse”, hay que reconocer al equipo negociador de que no cede en los grandes temas, como lo es la cláusula terminación del acuerdo al quinto año de vigencia, los cambios al mecanismo de solución de controversias que llevarían a exportar productos hortofrutícolas por estacionalidad, las reglas de origen del sector automotriz y la eliminación de capítulos de disputas comerciales. En la modernización del tratado “no es un tema de ceder, es de negociar, pero no puedes negociar con tantas píldoras venenosas en la mesa (…) porque hay cosas no racionales”.

La creatividad mexicana y canadiense que se puso en evidencia en busca de concretar la renegociación del TLCAN “naturalmente es insuficiente, porque Estados Unidos quiere un carro completo, y eso es intransitable”.

Así que “el reto no es tanto a nivel de los equipos negociadores, sino de las instrucciones que reciben. El tener un representante comercial que se ha dedicado en los últimos 25 años a temas de dumping y subsidios desde luego que hace muy complicada la visión de alcanzar un acuerdo, y si esto se le suma la visión del presidente [Trump], se complica la negociación”, dijo De Rosenzweig.

“La esencia del TLCAN es trilateral, porque la justificación que dio la administración de Trump al Congreso es renegociar el tratado con México y Canadá, y es inaceptable que sea bilateral”, afirmó.

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