IMPULSO/Edición WEP
Ciudad de México
La “filosofía de la evolución”, tema que se ha dedicado a estudiar el investigador, parte de que todos tenemos un ancestro común. “La filosofía, que es una reflexión de la totalidad del saber humano, puede ganar mucho al acercarse a otras disciplinas, por ejemplo, a las ciencias biológicas para entender a los humanos”.
Antes de la teoría de la selección natural, que planteó Charles Darwin (basándose parcialmente en algunas consideraciones de Jean-Baptiste Lamarck) para responder a la pregunta de dónde viene la vida, en particular de dónde provienen los humanos, se recurría a las especulaciones religiosas.
“Algunas de estas teorías proponían un fenómeno al azar porque no había otro instrumento para poder explicar esas interrogantes”. Con Jean-Baptiste Lamarck surge la idea de que el medio ejerce una acción sobre los individuos y ésta va a producir cambios y, por consiguiente, la evolución.
“Darwin planteó que hay una adecuación al medio [sic], en el caso de los habitantes originarios de Australia, que son los que tienen la piel mejor adaptada para las condiciones de ese país; mientas que en los europeos los mejor adaptados a su ecosistema son los holandeses y esto se debe a la selección natural. Sin embargo, Darwin carecía del conocimiento de otras ciencias, entre ellas la genética”, explicó el filósofo.
Con Gregor Johann Mendel, se habla de los genes dominantes y recesivos, una teoría que produjo una revolución en el siglo XX, la cual se llamó la nueva síntesis, que es la integración de la teoría de la evolución de las especies por la selección natural de Darwin, la teoría genética de Mendel como base de la herencia genética, la mutación aleatoria como fuente de variación y la genética de poblaciones.
Al hace referencia al racismo, el especialista destacó que este comportamiento tiene una connotación económica que consiste en atribuirle al otro una serie de rasgos infrahumanos para justificar su explotación, y en vista de que no existe ningún argumento científico que avale la discriminación, la ciencia es un instrumento poderoso para luchar contra ella, subrayó Martínez Contreras .
Lo anterior durante la conferencia “Interdisciplina entre las ciencias y la filosofía: la teoría de la evolución en defensa de los derechos humanos”, con motivo del Día Mundial de la Filosofía en noviembre pasado, en el marco del Primer Coloquio Internacional “El significado de la filosofía en la educación”, realizado en la UAM. Fuente: Agencia SUN