Agosto 15, 2024
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Tejido de palma actividad que muere

Denuncian maltrato de funcionarios municipales y demandan apoyo institucional para el ejercicio pleno de su actividad.

Texto y Fotos: Julio César Zúñiga Mares/Toluca

De ser una actividad lucrativa que se aprendía de generación en generación, la artesanía de palma tejida, que representa la historia y tradición de un pueblo, está en peligro de desaparecer al paso de los años, no sólo por la indiferencia de las nuevas generaciones para aprender sobre su elaboración y por la persecusión que sufren las artesanas de las autoridades municipales, sino también por ser víctimas de prácticas desleales como la piratería.

Voz viviente de esa situación es la señora Leonarda Martínez González, quien hace un llamado “al presidente que va entrar” (Raymundo Martínez Carbajal) a que los dejen vender sus artesanías como antes. “Si lee el periódico el presidente que va a entrar, yo estoy pidiendo que me deje vender mi artasanía, porque vengo a sufrir el sol, el aire y el agua cuando llueve y me moja todo; y sino, que me dé trabajo, porque me gusta enseñar a las personas lo que yo sé”, suplicó.

En este sentido, la sexagenaria denunció que los inspectores del ayuntamiento apenas ven que las artesanas del municipio instalan sus puestos, llegan y las desalojan violentamente mientras que a los vendedores que no son de aquí los dejan vender porque les dan dinero. “Entonces no se vale, porque esta es nuestra ciudad y no nos dejan. Yo tengo una carpita pero no me dejan traerla porque vienen los inspectores y nos quitan todo”, indicó.

Dice haber aprendido de sus padres y ellos de los suyos, que la tierra no sólo les brinda qué comer, sino también les otorga la materia prima para que puedan progresar y cubrir múltiples utilidades prácticas y cotidianas, de ahí que utilizaron la palma para elaborar sus artesanías desde tiempos inmemoriales, por lo que muestra su impotencia al ver que en diversos establecimientos comerciales ofertan artículos similares hechos de material sintético a precios más económicos.

“Yo tejo en la calle o donde ande para que la gente vea que es mi trabajo, y luego se acercan y no quieren comprar que porque es muy caro”, apuntó.

La artesana de San Cristobal Huichochitlán comentó orgullosa que aprendió desde los cinco años de edad el tejido de la hoja de palma ya que es tradicional en su pueblo, pues a lo largo de la historia sus ancestros experimentaron el aprovechamiento esta y otro tipo de fibras naturales como el shocosal para la elaboración de diversos productos, tales como: canastos, tortilleros, abanicos, petates, tapetes, bolsas, carteras, sombreros e incluso adornos.

Sin embargo, lamentó que esta tradición artesanal se puede perder porque las nuevas generaciones ya no quieren aprender a tejer por ser tan laboriosa y mal pagada, siendo justamente el trabajo al elaborar los diseños, al discernir entre qué tipo de tejido se utilizará, o en la determinación de la técnica a utilizar, los factores que determinan la integridad y belleza de las artesanías que se realizan.

  “Por eso los muchachos de ahora ya no saben tejer y los que saben, tejen muy poco para el Domingo de Ramos, en septiembre para el 15 día del grito, y muchos compran las canastas o los sombreros nada más para revender, pero no lo saben hacer”, concluyó.