¡De los cinco que quedaban!
Rafael Aguilar Ybarra
Se acabó la posibilidad de verdadero cambio; si siempre hemos votado por hombres, era momento de dar un giro de 180 grados y apostar por una mujer, pero el muerto vale más que el vivo. Margarita nunca fue popular en las encuestas, pero hoy, en menos de una hora, es primer lugar en tendencias de redes sociales, en Twitter por ejemplo. Es lamentable que se abran posibilidades a las candidaturas ciudadanas y, después de juntar las firmas correspondientes, “haiga sido como haiga sido”, diría Felipe Calderón, se retire de la contienda electoral mientras promueve el programa de televisión “Tercer Grado”.
Aquí no hay ni congruencia ni honestidad política, tampoco conciencia respecto a lo que implica aspirar al cargo público más importante de nuestro país; el trabajo es el trabajo y perderlo no es opción. Zavala ya fue perdonada y ahora guiña el ojo a Anaya, quien a principios de octubre del año pasado decía que la renuncia de la ex candidata a la Presidencia sólo favorecía al PRI.
Las boletas ya se imprimieron, Margarita aparecerá en ellas y, por supuesto, registrará votos de los desinformados, de los que no se enteraron, de los que no vieron su desempeño en el debate.
Una mujer que nunca pudo separarse de la sombra de “Felipe” y de quien heredó sus errores, ¿A quién favorecerán los votos de Zavala si a estas alturas del partido las alianzas ya no son efectivas, mucho menos tienen sustento legal?
Será recordada como la primera mujer que aspiró a la Presidencia como independiente y se dio por vencida, lo de menos era ganar (un 2% siempre es digno, aun cuando las encuestas no definan la elección), sino continuar sembrando en la brecha abierta por Rosario Ibarra de Piedra en 1982, postulada por el ya desaparecido Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT), posteriormente, por Cecilia Soto y Marcela Lombardo Otero en 1994, Patricia Mercado en 2006 y Josefina Vázquez Mota en 2012.
De nada sirvió la reforma electoral, las trabas del INE y la de los partidos políticos para que, por primera vez en la historia de nuestra nación, hubiese independientes, aunque la cuota fue cumplida para continuar con la simulación democrática nacional.
Entre las dos mujeres que tenían posibilidad, Marichuy cumplió con casi todas las firmas, pero no lo logró; si no se hubiese lanzado como independiente, no se hubiese denunciado todo el fango que había alrededor del tema y de los aspirantes. Quedaba Margarita, pero siempre ya no, tirando a la basura 866,000 firmas.
Es imposible negar el apoyo que hay de Acción Nacional a la candidata porque como independiente no hay estrategia. La democracia funciona como una falacia, no estamos preparados aún para la autogestión, las pocas propuestas de Zavala se nulificaron, la partidocracia venció de nuevo.
De los cinco que quedaban, nada más nos quedan cuatro, pero el tiro es sólo entre dos, tome usted la mejor decisión