IMPULSO/ Ángel Díaz del Río
Becas
El Gobierno del Estado de México publicó las convocatorias para otorgar becas a periodistas para que puedan continuar con su formación y especialización académica, así como para sus hijos.
Las becas obedecen a un compromiso que el gobernador Eruviel Ávila Villegas hizo para apoyar la especialización de los periodistas y para reconocer el desempeño académico de sus hijos.
Ambas convocatorias se encuentran publicadas en la dirección electrónica www.edomex.gob.mx/educacion, en la que se pueden conocer todos los detalles y requisitos para poder participar en estas promociones.
Las convocatorias establecen como periodo de registro el 26 al 28 de julio en la dirección http://seduc.edomex.gob.mx/becas, que es el primer requisito para postularse a alguna de ellas.
En ambos casos, las solicitudes serán analizadas por integrantes del Comité Evaluador, cuyo fallo será inapelable. Para mayores informes, los aspirantes a ambos apoyos pueden acudir a la Puerta 105 del Palacio de Poder Ejecutivo del Estado de México, ubicado en Lerdo Poniente No. 300, Colonia Centro, Toluca, o al teléfono 01722-276-0067.
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Reformas educativas van y vienen, algunas hasta se empalman, pero algunos maestros siguen dando la nota, siguen dando de qué hablar con sus actitudes, con su manera tan especial de enseñar. Seguramente piensan que estamos a principios del siglo pasado cuando la divisa era “la letra con sangre entra”.
Sí, seguramente debe ser complicado atender a grupos de más de cuarenta alumnos, en ocasiones, de más de cincuenta, sobre todo en momentos en los que cada niño es un defensor de los derechos humanos en potencia con teléfono y todo.
Apenas ayer, un video le dio la vuelta al ciberespacio en el que una maestra “atiende” de manera personalizada a un alumno, a quien termina golpeándole la cabeza con un cuaderno y retándolo a golpes.
¿Qué tan malo, desobediente, flojo o apático debe ser el alumno para sacar de las casillas a la maestra? Porque, claro, todo mundo se ensañará ahora con la profesora, pero todo mundo voltea la cara cuando de educar a los hijos se trata.
Porque hay que recordar que la primera educación y la más importante es aquella que se otorga en el hogar, dejar toda la responsabilidad a los maestros es una linda manera de eludir la responsabilidad que a todos los padres de familia corresponde.
En el video, se observa a una maestra de la Primaria Venustiano Carranza, de la Colonia Santa Úrsula, Municipio de Texcoco, golpear con un cuaderno a uno de sus alumnos. Esto sucedió en la primaria federalizada Venustiano Carranza C.C.T. 15DPRO537H, zona escolar 15, sector educativo lll, ubicada en calle Emiliano Zapata sin número, Colonia Santa Ursula.
La maestra Marina Pérez Velázquez insulta y golpea con una libreta a uno de sus alumnos de cuarto grado, retando a este mismo a luchar a “puñetazos”.
Según el portal de noticias “Reporteros en Movimiento”, la directora Edith García se negó a dar detalles sobre la actitud de su maestra, a pesar de que ya sabía de la difusión del vídeo en las redes sociales.
El supervisor escolar, Porfirio Rodríguez Leal, también se negó a dar una postura sobre esta denuncia a través de la red.
Seguramente, mañana, cuando se celebre una reunión entre el supervisor, la directora, la maestra y los padres de familia, todos se irán en contra de la profesora, a la que, de menos, la acusarán de violentar los derechos humanos de sus alumnos, pero luego es que hay cada niño que de verdad saca de quicio a los profesores y ni quien diga nada. Ojalá su sindicato la defienda debidamente.
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El presidente municipal de Jaltenco, Armando Ramírez Ramírez, se ha metido en un verdadero lío. Resulta que en su oficina tenía bajo su resguardo unas 27 armas cortas y largas que forman parte del equipo de la policía preventiva del lugar.
Sin embargo, tales armas desaparecieron de manera misteriosa de las oficinas del alcalde. Que le dé gracias a Dios que aún no aprueban la propuesta del gobernador Eruviel Ávila Villegas para sancionar la pérdida o el robo de las armas de cargo porque, de lo contrario, tendría que enfrentar una bonita sanción, pues estamos hablando de entre cuatro y seis años de cárcel por cada arma perdida, además de la elevada multa.