IMPULSO/Ángel Díaz del Río
Cerrado
Al momento de escribir estas líneas, aún no había datos certeros de las elecciones realizadas en el Estado de México para elegir al próximo gobernador. Sin embargo, el conteo rápido realizado por el Instituto Electoral del Estado de México le dio el triunfo a Alfredo del Mazo por una diferencia de dos puntos porcentuales, aunque se trata de una tendencia, es una muestra representativa realizada de manera científica.
Persistía, sí, un empate técnico entre Delfina Gómez Álvarez y Alfredo del Mazo González, candidatos del Movimiento de Regeneración Nacional y de la coalición formada por el Partido Revolucionario Institucional, Nueva Alianza, Encuentro Social y el Partido Verde.
Huele a que el ganador de esta elección tendrá que dilucidarse en los tribunales y no se ve que pueda ser pronto, quizás un mes o más para saber bien a bien quién ganó.
Hay algunos aspectos que vale la pena comentar o resaltar de la jornada que se vivió ayer: es la primera ocasión en que aparecen amenazas tangibles, en algunas ciudades, manos anónimas dejaron cabezas de cerdo en la madrugada, esto bien pudo ser obra del crimen organizado o de simpatizantes de algún partido, bien para incriminar a otros, bien para amenazar.
A los mexiquenses no les importó eso y salieron a votar, quizás no en el número que todos esperábamos, pero salieron a votar.
Como ya es costumbre en cada elección, hubo problemas en las casillas especiales, a donde llegan a votar policías y ahora hubo tumultos, al grado de que una casilla fue cerrada por los disturbios que se originaron allí.
Los comicios se desarrollaron prácticamente en paz y tranquilidad, aunque ésta no sea una opinión generalizada entre la población, pues, para algunas personas, hubo muchos problemas, no obstante, para el tamaño del Estado de México, no fue así.
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¿Quién o quiénes ganaron?, evidentemente, al margen del resultado final, el gran ganador fue Andrés Manuel López Obrador porque, al participar su candidata por primera ocasión en una elección del Estado de México quedó segundo lugar. Al final del día, queda con una gran plataforma electoral, con una base de apoyo verdaderamente impresionante de cara a las elecciones del año entrante.
Hace dos año, no participó en las elecciones federales y locales y hoy surge como la primera fuerza opositora al PRI, al margen de que los resultados finales le den el triunfo, lo que lo convertiría en la primera fuerza partidista en la entidad.
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Por supuesto, ganan Juan Zepeda y el Partido de la Revolución Democrática porque, a pesar de la división interna en el partido, a pesar de haber arrancado tardíamente su campaña, supo hacer un gran trabajo de cara a los electores y, hasta el momento de escribir estas líneas, estaba ubicado en un cómodo tercer lugar con el 20 por ciento de la votación a su favor.
Juan Zepeda tiene un gran futuro, ya se habla de que podría ser el próximo presidente nacional del Partido de la Revolución Democrática y casi seguro candidato al Senado el año entrante. Su figura cercana a la gente le ganó muchas simpatías y seguramente será bien arropado por su partido.
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Josefina Vázquez Mota, como lo señalamos en varias ocasiones en este espacio, quedó relegada al cuarto lugar, apenas con el 10 por ciento de la votación. Sin embargo, ella también ganó porque seguramente será senadora el año entrante, de esa manera le pagarán el desgaste que le significó ser una candidata metida a la fuerza, con calzador. Ella ganará aunque haya perdido estrepitosamente en las elecciones.
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A las 18:37 horas, el candidato tricolor, acompañado por su esposa, Fernanda Castillo, el coordinador de la campaña, Ernesto Nemer Álvarez, y la presidenta del partido, Alejandra Del Moral Vela, ofreció un mensaje a los representantes de los medios de comunicación declarándose triunfador. Se veía exultante, como si tuviera ya los resultados en la mano.
Pocos minutos después, Horacio Duarte, presidente de MORENA, acompañado por Yeidckol Polevnsky, secretaría general, y el senador Miguel Barbosa ofrecieron una conferencia de prensa para declarar ganadora a su candidata. Empero, las expresiones de los tres parecían lúgubres, como que no estaban convencidos de que lo que decían.