IMPULSO/Ángel Díaz del Río
Pruebas
Las elecciones de mañana domingo serán las más vigiladas, las más observadas y las más auditadas de cuantas se hayan realizado no sólo en nuestra entidad, sino en todo el país. Habrá muchos observadores debidamente acreditados ante el órgano electoral de la entidad, cada partido mandará a sus propios observadores para que vigilen el desarrollo de los comicios, sobre todo en aquellos municipios donde se presume que puede haber problemas, por si eso fuera poco, estarán atentos diputados y senadores de todos los partidos, más integrantes de organizaciones internacionales que ya anunciaron su presencia. A todos ellos se sumará un número impresionante de representantes de medios de comunicación y de ciudadanos con esa vocación que, teléfono en mano, se lanzarán a las calles a denunciar en redes sociales todo lo que consideren que deba denunciarse.
A ver si no resulta que al final hay más observadores que ciudadanos ejerciendo su derecho constitucional de elegir libremente a sus gobernantes. Además, los propios observadores suelen convertirse en estorbos innecesarios fuera de las casillas, al grado de que llegan a intimidar con su presencia a los votantes.
En fin, algo bueno debe salir de todo este embrollo que viviremos mañana, ojalá y toda esta vigilancia permita que los perdedores reconozcan su derrota sin aspavientos y que, no obstante todo esa vigilancia, salgan luego a denunciar fraudes o conductas anómalas.
Ésta será una muy buena prueba para demostrarnos a nosotros mismos y a los mexiquenses qué tan maduros estamos y qué es lo que podemos esperar para las elecciones del año entrante. Del Resultado, sobre todo del desarrollo de los comicios, tendremos una especie de retrato futurista de lo que serán las elecciones de 2018.
¡Vamos mexiquenses, todos a votar!
Vote por quien usted quiera, por quien haya atrapado su atención por las propuestas o por lo que sea, pero acuda a las urnas, vaya a votar, sacúdase la apatía y la indolencia que suelen caracterizar a los mexiquenses y acuda a las urnas, vaya a votar.
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Y hablando de pruebas, en Tultepec, un grupo de especialistas iniciaron las pruebas para medir la resistencia de los materiales con los que piensan reconstruir el Mercado de San Pablito, ése que tantos dolores de cabeza ha dejado a los gobiernos municipales y estatales.
Hay que recordar que el mercado ha explotado en varias ocasiones, la más reciente de ellas apenas el 20 de diciembre pasado con un saldo de al menos 42 personas muertas y unas 60 lesionadas.
Bueno, el caso es que los artesanos, en coordinación con le Secretaría de la Defensa Nacional, la Dirección Estatal de Protección Civil y un grupo de especialistas empezaron a realizar pruebas de detonación para medir resistencias de materiales.
Inicialmente, amable lector, fue detonado un primer módulo, el cual fue construido con una especie de blok, denominado Durock, que tiene la particularidad de que está forrado con un material conocido como poliurea, con propiedades que pueden contener la onda expansiva generada por una explosión.
El segundo módulo fue elaborado con concreto de 15 centímetros de espesor, desarrollado en conjunto con el Centro de Desarrollo Tecnológico del Instituto Politécnico Nacional (IPN), material con alta resistencia y con ciertos aditivos integrados para contener la onda expansiva. Ambos módulos minimizan el riesgo de la explosión.
Las dos construcciones tenían “techos de lámina que son inflamables y antideformables, el objetivo es direccionar la onda expansiva para que ésta sea hacia arriba y este material garantiza que al caer al piso no provocarán incendio, son ligeros, no son contundentes y tampoco se convierten en proyectiles”.
El proyecto integrará un sistema contra incendios que considera el uso de un polvo especial que, al ser lanzado, apaga cualquier conflagración; las personas no requieren ninguna instrucción para utilizarlo porque sólo deben lanzarlo donde se genera el fuego.
Eh, ¿qué tal?, parece que ahora sí están haciendo su chamba en serio, le están poniendo atención a lo que representa un mercado de pirotecnia donde los materiales primordiales son la pólvora y los explosivos, un mercado que debe ser de primer mundo.