IMPULSO/ Ángel Díaz Del Río
Donativos
Mañana, con calmita, le podré dar mi punto de vista del debate, mientras, le comentaré que todos los partidos políticos, sus integrantes, sus candidatos, todos sin excepción, han buscado en algún momento donativos para la causa. Algunos por los cauces legales, pero muchos en lo oscurito, a escondidas, tratando, y generalmente consiguiendo, que nadie se entere de esa situación porque es incómodo que la gente se entere que andan pidiendo dinero como limosneros y a veces a personas con las que no sería agradable andar por la calle, pero así es la política.
En alguna ocasión, un político de altos vuelos que luego fue gobernador mexiquense me ilustró cuando le pedí una definición de la política, me dijo: “es el arte de aprender a comer mierda, hacer como que te gusta y pedir más”.
Este rollo viene a cuento por un video que observe el lunes por la mañana, en el que aparece Eva Cadena, candidata del Movimiento de Regeneración Nacional a presidenta municipal de Las Choapas, Veracruz. En él, se observa y se escucha que la dama recibe medio millón de pesos con la condición de que se lo entregue a su jefe Andrés Manuel López Obrador, a lo que ella se compromete.
Éste es el episodio más reciente que involucra al tabasqueño, mejor dicho, a uno de sus colaboradores. En 2004, fue René Bejarano recibiendo dinero de Carlos Ahumada sin ningún pudor. En 2012, fue Luis Costa Bonino pasando la charola a empresarios de quienes esperaba sacar algo así como seis millones de dólares y, ahora en 2017, esta dama que es diputada local con licencia que, luego de este desliz, podría pasar entre cinco y 15 años en la cárcel.
En otros países (vuelta a la comparación), una situación de esta naturaleza hubiera acabado con la credibilidad del personaje en cuestión, lo hubiera obligado a dimitir de su actual cargo y, quizás, prestarse a una investigación, pero estamos en México, eso no sucede.
Pese a todas las evidencias en su contra, Andrés Manuel suele deslindarse de este tipo de actos con su tradicional queja en contra de la mafia del poder. Acusa a todos los que le vienen a la mente en ese momento, empezando por Carlos Salinas de Gortari y terminando con Felipe Calderón Hinojosa y Enrique Peña Nieto.
Y mire, amable lector, el pueblo acuñó la palabra “chairo” para señalar a las personas que siguen al tabasqueño. A continuación, le transcribiré una definición de ese término, gracias a la página electrónica SDP: “Políticamente hablando, el término ‘chairo’ se lo atribuyen a los pejistas de hueso colorado, a los AMLOVERS♥, seres que se identifican plenamente con las ideologías de izquierda [sic], son personas que se creen superiores con sus eminentes ideas, testarudos por convicción, necios por vocación”.
Según me comentan, un “chairo” se hace la víctima, son mártires de las circunstancias que acontecen a su alrededor, mantienen con gran remembranza la pena sufrida por el compló que le jugaron al Peje y se oponen a las reformas (la que sea).
Según los expertos, ser “chairo” es difícil, pues algunos (la mayoría) no encuentran su identidad, guardan todo tipo de resentimiento social. Esto los hace reclamar y manifestarse para exigir el “buen desarrollo del país”. Tienen actitudes de confusión, “no se hallan”, es decir, “ni son de aquí, ni son de allá”, pues no son de la guerrilla, ni apasionados, ni traumados, no son neoliberales, no son chacas, ni emos, ni moOxitoZ, no son zapatistas, ni izquierdistas, no son priistas, no son panistas, no son quadristas, ni manceristas, ni cardenistas, ni salinistas, ni cantinflistas, ni belibers, ni mirrreyes, ellos son simplemente… chairos.
En otras opiniones, “los chairos” son los desadaptados que se aglutinan en “las izquierdas socialistas”. Algunos “chairos” son contradictorios y muy extravagantes, por supuesto no les simpatiza que los llamen así…“chairos”.
Siendo un poco más tierno, “chairos” es la forma de llamar en tono de burla a los seguidores de López Obrador, son soñadores y contemplativos, además de poseer un envidiable intelecto.
En modo más serio y certero, chairo proviene de la palabra “chaira”, la cual es sinónimo de la expresión “masturbación”, entonces, todo este relajo se resume en que “chairo” es una persona masturbada de la mente, supongo.
Cualquiera que sea el término correcto, queda bastante claro que es un insulto.