IMPULSO/Ángel Díaz Del Río
Aborto
El aborto es un tema sensible que no debiera tratarse a la ligera y mucho menos utilizarse como bandera política. Si hablamos de libertades, no debieran existir cortapisas para que las mujeres ejercieran el derecho inalienable de decidir sobre lo que a ellas les parezca mejor sobre su cuerpo.
Pero aquí se atraviesa ese lastre que la humanidad viene arrastrando desde hace más de dos mil años llamado religión. Y sí, también los practicantes de cualesquier doctrina deben ejercer el derecho de actuar conforme al parecer o al criterio de su dogma, pero allí es donde ellos deben circunscribirse a respetar los derechos de los demás, aunque no piensen de la misma manera.
Es increíble que en estas épocas aún existan lugares donde encarcelan a las mujeres que se atreven a practicarse un aborto, sobre todo en aquellos casos donde la concepción es producto de una violación o donde el producto viene con malformaciones genéticas.
Más que una declaración 3de3 a los aspirantes a legisladores, debieran pedirles una declaración de conciencia libre de dogmas, pero eso nunca será posible. Lamentablemente, vivimos una era donde la doble cara es sinónimo de la política. Pareciera que los políticos dicen una cosa y luego corren a confesarse. Así están las cosas.
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Todo este rollo viene a cuento porque en la vecina Ciudad de México están celebrando 10 años de que los diputados decidieron despenalizar el aborto. Una década en la que los médicos de la vecina entidad han practicado más de 170 mil operaciones de ese tipo a mujeres no sólo de esa demarcación, sino, sobre todo, de otras entidades, incluyendo la nuestra, de donde acude un porcentaje muy alto.
Podríamos decir que son 17 mil operaciones en promedio por año, un número muy alto, lo que habla de este grave problema social que puede convertirse en un problema de salud pública por todas sus connotaciones.
Hace diez años, se levantó una gran revuelta religiosa en contra de esta medida, pero eso no amedrentó a los legisladores del entonces Distrito Federal para cumplir con su obligación y responsabilidad social. A ver cuándo podemos decir lo mismo de los diputados mexiquenses, que ya también arrumbaron otra iniciativa de avanzada para reconocer los derechos de las personas a contraer matrimonio cuando las parejas son del mismo sexo.
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Pues nada, será hoy el famoso debate entre los candidatos a la Gubernatura, organizado por el Instituto Electoral del Estado de México. Para eso, todos los aspirantes estuvieron encerrados ayer en sus cuartos de guerra para organizar la estrategia a seguir y para analizar cuáles son los puntos flacos de sus adversarios y resaltar las propuestas que mejor los visten.
Los candidatos de PRI, Alfredo del Mazo Maza, de Morena, Delfina Gómez, del PAN, Josefina Vázquez Mota, del PRD, Juan Zepeda, del Partido del Trabajo, Óscar González Yáñez, y la independiente Teresa Castell realizaron a través de sus representantes en la comisión de debates del IEEM el sorteo de participaciones.
Los candidatos tendrán ocho intervenciones divididas de la siguiente manera: la primera será de carácter introductorio; de la segunda a la séptima, abordarán sus ofertas de gobierno en materia de seguridad pública y justicia, combate a la corrupción y desarrollo social. En todas, tendrán derecho a una réplica o participación por alusiones personales. La octava y última intervención serán para comentarios de despedida.
Según el sorteo, la candidata del PAN abrirá cuatro de las ocho participaciones, mientras que los candidatos del PRI, del PRD y MORENA cerrarán dos veces las intervenciones y réplicas.
El debate será moderado por el periodista Javier Solórzano y se transmitirá en vivo desde las plataformas digitales del Instituto Electoral del Estado de México (IEEM), así como a través del sistema de Radio y Televisión Mexiquense a partir de las 20:00 horas.
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Sería deseable que, en este primer debate, los candidatos antepusieran las ofertas de campaña de una manera sensata en lugar de la guerra sucia que suele exhibirse en estos actos, ello para que la ciudadanía tenga una idea más clara de sus propuestas.
