IMPULSO/ Ángel Díaz Del Río
Javidu-AMLO
La pinza empieza a cerrarse y nadie de los involucrados está dispuesto a dejar que el hilo de la madeja se vaya solito. Todos quieren retomar el hilo y desenredar lo más posible el lío de complicidades que tejieron Andrés Manuel López Obrador, dueño y señor de eso que se llama Movimiento de Regeneración Nacional y Javier Duarte de Ochoa, entonces gobernador de Veracruz.
Desde las campañas electorales en aquella entidad se supo que ambos personajes habían entablado negociaciones, tendientes a impedir la llegada del PAN al poder, a través de la figura de miguel Ángel Yunes Linares, lo que no prosperó porque al final de cuentas ganó el panista.
Por primera vez en 86 años, Veracruz no sería gobernado por el PRI.
El candidato de la alianza PAN-PRD, Miguel Ángel Yunes Linares, resultó ganador de la elección a la gubernatura de Veracruz con el 33.9% de los votos. Con 30.1% de los votos le siguió en segundo lugar el candidato de la alianza PRI-Verde-Panal, Héctor Yunes Landa. En tercer lugar se ubicó el candidato de Morena, Cuitláhuac García, con 26.9% de los votos. Un perfecto desconocido que de pronto se hizo famoso por el gran despliegue de recursos que utilizó y que nadie supo bien a bien de donde salieron.
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Pues bien, hace cosa de un mes, el gobernador de Veracruz, Miguel Ángel Yunes, invitó a López Obrador a un debate para que el tabasqueño explicara públicamente los recursos que recibió del ex gobernador veracruzano, a lo que éste hábilmente le dio la vuelta.
“No sabemos qué cantidad en total pero evidentemente Morena recibía recursos de la oficina de Duarte; el caso de Morena fue muy conocido en Veracruz, el propio candidato del PRI (Héctor Yunes) lo señaló, que Duarte le daba dinero al candidato de Morena (Cuitláhuac García)”, señaló Yunes Linares. Recordó que dio a conocer que a través de un grupo de ejidatarios del sur de Veracruz, Morena recibía 2.5 millones de pesos mensuales.
Ahora dijo que todas las ocasiones que López Obrador visitó Veracruz para apoyar al candidato de su partido decía que Javier Duarte era un chivo expiatorio y después de la detención del ex gobernador afirmó que era una maniobra electoral.
Indicó en entrevista televisiva, que López Obrador canceló su gira por Veracruz, porque “sabe que está metido hasta el tuétano porque se prestó a una componenda con Javier Duarte y hoy quiere zafarse del tema y la forma es no ir a Veracruz”.
¿Cómo la ve, estimado lector?
Por eso Josefina Vázquez mota no ha querido soltar el tema, pues sabe que eso debilitará sensiblemente a la candidata morenista, Delfina Gómez Álvarez y obvio a ella y a su partido los hará subir en el ánimo del electorado. Esa madeja, al parecer, empieza a desenredarse. Veremos hasta dónde llega la punta.
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Un grupo de personajes, que se dicen representantes de organizaciones de la sociedad civil, exigieron a las autoridades electorales de la entidad sanciones más fuertes contra quienes cometan delitos electorales, concretamente la compra de votos.
Eso siempre será muy bueno, que los ciudadanos defiendan el voto y sobre todo los derechos de los ciudadanos, pero aquí surgen algunas dudas. Primero, a qué tipo de organizaciones representan, porque sólo se presentan, ellos también, en épocas electorales. Segundo, que demuestren cómo es la compra de votos, porque todo mundo habla de esa figura, pero nadie aporta pruebas contundentes. Y si no aclaran eso, entonces todas sus buenas intenciones quedarán reducidas al oportunismo electoral para conseguir chamba.
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Seguridad, impartición de justicia, combate a la corrupción y desarrollo social, son los primeros temas que deberán abordar los candidatos en el debate que organizará el Instituto Electoral del Estado de México, a realizarse el 25 de abril, moderado por el periodista Javier Solórzano.
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El único candidato que, seguro, no estará en el debate será el independiente Isidro Pastor y eso se debe a que el Tribunal Electoral dejó en suspenso su candidatura, hasta en tanto el IEEM no revise a conciencia las firmas que entregó para sustentar sus aspiraciones.
A consecuencia de ello, Pastor Medrano se declaró en huelga de hambre e instaló una mini carpa fuera de las instalaciones del órgano electoral. El atlacomulquense dice que llegará hasta las últimas consecuencias para defender sus derechos
