IMPULSO/ Ángel Díaz Del Río
Izquierda
El concepto de izquierda es una clasificación que agrupa posiciones políticas que tienen como punto central la defensa de la igualdad social, ello frente a la derecha política, que considera las diferencias sociales como algo inevitable, normal o natural. La izquierda política se divide en una multitud de ramas ideológicas.
El término izquierda política, como el de derecha política, tiene su origen histórico en la votación que tuvo lugar el 14 de julio de 1789 en la Asamblea Nacional Constituyente surgida de la Revolución francesa, en la que se discutía la propuesta de un artículo de la nueva constitución, en la que se establecía el veto absoluto del rey a las leyes aprobadas por la futura asamblea legislativa. Los diputados que estaban a favor de la propuesta, que suponía el mantenimiento de hecho del poder absoluto del monarca, se situaron a la derecha del presidente de la Asamblea. Los que estaban en contra y defendían que el rey sólo tuviera derecho a un veto suspensivo y limitado en el tiempo, poniendo por tanto la soberanía nacional por encima de la autoridad real, se situaron a la izquierda del presidente. Así, el término “izquierda” quedó asociado a las opciones políticas que propugnaban el cambio político y social, mientras que el término “derecha” quedó asociado a las que se oponían a dichos cambios.
Este asunto tiene que ver con el proceso electoral que vive el Estado de México en estos momentos, donde, en apariencia, tenemos a tres personajes que usan la bandera de la izquierda para presentarse ante el electorado, ellos son: Delfina Gómez Álvarez, del Movimiento de Regeneración Nacional, Juan Zepeda Hernández, del Partido de la Revolución Democrática, y Óscar González Yáñez, del Partido del Trabajo. ¿Pero, verdaderamente son de izquierda?
Valdría la pena elaborar una batería de preguntas sobre ideología para saber bien a bien si representan a esa corriente y, dentro de ella, con que variante se sienten identificados o a cuál responden según sus respuestas.
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Este sábado, los cuatro principales contendientes por la Gubernatura realizaron actividades bien diferentes. Josefina Vázquez Mota acudió a Valle de Chalco a darse un “baño de pueblo”, allí, prometió atender los problemas de la Laguna de Chalco, contaminada por basura y escombros. Culpó a los gobiernos priistas de toda la pobreza que existe en la entidad y prometió dar certeza jurídica a las personas, ayudándoles en el trámite de sus escrituras, algo en lo que ya ha avanzado mucho el actual Gobierno estatal.
Delfina Gómez Álvarez acudió a visitar colonias pobres de Ecatepec como la barranca de La Joya, allí, insistió en derogar la Ley Atenco y prometió dejar todos los programas sociales del actual Gobierno estatal, lo que significa que lo que hace Eruviel Ávila y su equipo de colaboradores no está nada mal. Ofreció, además, crear una línea de emergencia contra violencia intrafamiliar, algo que ya existe.
En Cuautitlán Izcalli, Alfredo del Mazo insistió en su propuesta de mejorar el servicio del transporte público. También reiteró en su idea de instalar cámaras en los camiones que prestan el servicio para mejorar la vigilancia y evitar los asaltos. Ofreció colocar diez mil cámaras más en las principales calles de la entidad que coadyuven a eficientar la seguridad.
En Huixquilucan, Juan Zepeda Hernández prometió pagar dos mil pesos mensuales a las mujeres de la tercera edad que cuidad de sus nietos como si fueran niñeras. Los recursos, dijo, se obtendrían de un plan de austeridad en el que su equipo de asesores ya están trabajando.
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El sábado, un grupo de militantes del PRD realizó un mitin en el Zócalo de la Ciudad de México en apoyo a Miguel Ángel Mancera y en contra de Andrés Manuel López Obrador.
Ayer, el tabasqueño contestó con una concentración similar, pero frente al Monumento a la Revolución, donde insistió en un acuerdo político de unidad por la prosperidad del pueblo y el renacimiento de México
El acuerdo es una convocatoria a diversas fuerzas políticas, en donde aparecieron muchos militantes de otras fuerzas aunque respalden el proyecto de López Obrador. Según MORENA, es una convocatoria abierta y plural de quienes simpaticen con el proyecto de un nuevo rumbo del país, aunque ello no implica necesariamente la adhesión a Morena.
No se dan cuenta, pero tanto Mancera como AMLO le hacen el juego al PRI y al PAN en la lucha por la presidencia de la República para 2018.