IMPULSO/Ángel Díaz del Río
Se desmorona
De la mano de Andrés Manuel López Obrador, dueño, amo y señor de eso que llaman Movimiento de Regeneración Nacional, el nombre y la figura política de la maestra Delfina Gómez Álvarez subió como la espuma.
Mucha gente empezó a ver a este personaje como una muy buena posibilidad de tener por primera ocasión a una mujer como gobernante y, además, surgida de la oposición, de la mera oposición que encabeza Andrés Manuel, la cual tiene miles de seguidores en todo el país, quienes se llaman a sí mismos como “los únicos realmente de izquierda”, aunque muchos no sepan qué es eso, pero bueno, ése es otro tema.
Decía que Delfina Gómez llegó a ser considerada por muchas personas como la salvadora, como la persona idónea para gobernar a este país, sobre todo porque ya lo había hecho en Texcoco y, al parecer, no tan mal.
Ayer, hubo un debate en el programa de Carlos Loret De Mola y créame, estimado lector, sin apasionamientos de ningún tipo, que esta dama quedó mucho a deber, no fue ni la sombra de lo que dicen sus panegiristas, fue hasta patético observar su falta de experiencia para ocupar un cargo de la naturaleza al que aspira, su falta de conocimiento de temas que resultan hasta obvios, su discurso ya gastado y su poca personalidad.
La verdad no me la imagino gobernando al Estado de México, una entidad compleja de casi 18 millones de habitantes, es entonces que cobra forma la idea original de Andrés Manuel de utilizarla como “Juanita” electoral y, en caso de que gane las elecciones, esperar los dos años que pide la Constitución local para que se separe del cargo sin tener que convocar a nuevas elecciones y, entonces sí, colocar al verdadero “delfín” del tabasqueño: Alejandro Encinas Rodríguez.
En todo ese lapso, es decir, los dos años previos, Encinas sería el secretario general de Gobierno y virtual vicegobernador o poder tras el trono, la eminencia gris, como quiera llamarle, así de claro están las cosas, ¿cómo lo ve?
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Con el propósito de mejorar la prestación del servicio de transporte público en la entidad mexiquense, el Gobierno estatal, a través de las secretarías de Movilidad, Trabajo y Educación, capacitará a 70 mil choferes a través de las 44 Escuelas de Artes y Oficios (EDAYO) que dependen del Instituto de Capacitación y Adiestramiento para el Trabajo Industrial (ICATI).
Lo interesante de este programa es que los choferes serán capacitados de verdad, no como sucedía antes que un grupo de vivales tenían a su cargo supuestos centros de capacitación en donde sólo les cobraban a los operadores, pero no había nada de capacitación, al final, les daban un documento que avalaba su dizque participación en el curso y ya.
Ahora, será muy diferente porque quienes tomen el curso deberán hacerlo de manera completa, las doce horas de duración que estarán divididas en sesiones de cuatro horas durante tres días. Al término del curso, les entregarán un certificado avalado por la Secretaría de Educación.
El objetivo primordial es dignificar esta actividad dándole al operador herramientas necesarias para crear en él actitudes y aptitudes que le ayuden a ver y sentir la movilidad como el derecho humano de que goza toda persona sin importar su residencia, condición física o social, otorgando desplazamientos de calidad, calidez y seguridad al usuario.
Un operador responsable y capacitado podrá ofrecer un servicio digno y de calidad, lo cual favorecerá a que el sistema de transporte público del Estado de México sea elegido por los usuarios como una opción más rápida y eficiente.
El curso consta de tres módulos, será impartido en horarios fijos con una duración de 12 horas y será aplicado en tres días, en tandas de cuatro horas diarias, con un cupo de 30 operadores y un costo de $130.00 por persona.
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Juan Zepeda Hernández, candidato del PRD a la Gubernatura, sorprendió a propios y extraños con su discurso y presencia en el debate televisivo. Hay quienes consideran que ganó por una simple y sencilla razón. Aunque las propuestas de Alfredo del Mazo fueron mejores todo el tiempo, estuvo ceñudo, como enojado, le hace falta ser más cálido con la gente, luego, se “enganchó” en una trampa que le tendió el perredista; lo mismo le sucedió a Josefina, que terminó enojada e incluso disgustada hasta con Loret De Mola. Mucho tendrá que trabajar en los días que vienen el candidato tricolor con ese carácter.