Síntesis mexiquense

IMPULSO/ Ángel Díaz Del Río
Vaciladas
Parece que el calor primaveral afectó a los dos candidatos independientes, a diferencia de todos los que sí son apoyados por un partido político, Teresa Castell de Oro Palacio e Isidro Pastor Medrano anunciaron que no usarán dinero de las prerrogativas que la ley otorga a todos los que participan en esta carrera.
Y eso, más que parecer una medida que agradará a los votantes, ha movido a suspicacia y, francamente, al “sospechosismo”, como decía Vicente fox, porque ¿de dónde sacarán dinero entonces para realizar sus actividades?
En el caso de la dama, ella es empresaria y se entiende que su familia, sus parientes, sus amistades, igual que ella, tendrán dinero de sobra y no les dolerá perder poco más de cien millones en esta aventura que se llama campaña por la Gubernatura.
Pero en el caso de Isidro, con su sueldo, por mucho que haya trabajado desde joven, no le alcanzaría, pero ni para pagarle a sus colaboradores, entonces, ¿de dónde saldrá el dinero para su campaña?, porque, por muy poco que sea, algo se gastará y ese algo es de varias decenas de millones de pesos.
Entonces entra el “sospechosismo”, por qué, de dónde sacará los recursos que gastará en la campaña. ¿Sí tiene tanto dinero como para gastarse más de cien millones en su campaña, para qué trabajaba?
Además, incurrió en una actitud de populismo que puede acarrearle problemas legales porque se aventó la puntada de anunciar que los recursos que recibirá del Instituto Electoral del Estado de México los donará a personas que se encuentran hospitalizadas y eso no lo puede hacer porque, a la hora de la fiscalización de los gastos, los auditores van a encontrarse con que nada de esos dineros fueron a parar a gastos de campaña y eso se llama desviación de recursos y es un ilícito.
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El gobernador Eruviel Ávila Villegas exhortó a los candidatos a que eviten la descalificación y la guerra sucia y que en su lugar privilegien el llamado al voto mediante las propuestas.
Aseguró que su Administración será respetuosa del proceso político en curso y anunció que en breve pedirá al Instituto Electoral del Estado de México que acuda a verificar el cierre de bodegas donde se guardan los apoyos sociales que han quedado impedidos de repartirse por la veda electoral.
“Lo que necesitamos es prestigiar la política, debemos enaltecerla; la ciudadanía estará ávida de conocer propuestas y alternativas de solución a las diferentes necesidades y retos que aún tiene el Estado de México”.
Acompañado por el Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, inauguró la reunión del Encuentro Nacional de Presidentes Municipales de la FENAM; allí, dijo que hará lo que esté a su alcance para que las elecciones de gobernador se desarrollen en un clima de equidad, imparcialidad y transparencia.
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Dicen que para ser hablador hay que tener la lengua larga y la cola corta, este dicho popular le viene como anillo al dedo al diputado local del Movimiento de Regeneración Nacional, Vladimir Hernández Villegas, quien no tuvo empacho en exigir al Gobierno estatal y aun al federal que respetaran los tiempos electorales y que dejaran de repartir apoyos sociales.
Bien, pues este angelito fue captado apenas el 25 de marzo pasado entregando despensas, muy similares a las que entrega el Gobierno del Estado de México, en la comunidad de San Andrés Metlapil, Municipio de Cocotitlán. Apenas la semana pasada, los diputados de MORENA, PAN y PRD armaron un tremendo escándalo en el salón de plenos de la Legislatura mexiquense para evitar que el gobierno estatal siguiera operando los 90 programas sociales y sin ningún rubor este diputado hace lo propio, qué le parece?
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Los partidos de oposición o, mejor dicho, los opositores al PRI, se dejaron despachar con la cuchara grande, hasta el momento, van 72 denuncias ante los tribunales electorales y 117 ante instancias penales por presunta compra de voto, violaciones a las reglas electorales, peculado electoral, inequidad y otras lindezas parecidas.
Suponemos que esta situación arreciará conforme pasen los 59 días de campaña, lapso en el que los candidatos, siete para ser exactos, intentarán convencer a un electorado escéptico de que son la mejor opción para convertirse en gobernadores.