IMPULSO/ Ángel Díaz del Río
Rectoría
Naturalmente, Jorge Olvera García, rector de la Universidad Autónoma del Estado de México, a diferencia de otros personajes que han ocupado esta posición y que pareciera que deseaban aferrarse al puesto, tiene los pies bien puestos en la tierra, sabe de la finitud de los cargos, tan es así que decidió abrir el juego electoral interno antes del último informe de labores que rendirá el próximo tres de marzo. Las reglas no escritas del juego sucesorio en la UAEM decían que debía respetarse la figura del rector en turno y por ello la convocatoria se publicaba hasta después del último informe.
Jorge Olvera García expresó en la sesión del Consejo Universitario que en esta ocasión se privilegia el interés colectivo, el informe, abundó, es obligatorio por ley, pero sin duda es más importante la elección de rector, en la que la participación de la comunidad universitaria es vital en el delineado del rumbo institucional.
Como en otros asuntos, Jorge Olvera decidió romper moldes y paradigmas, siempre en beneficio de la comunidad universitaria y velando por el bien de la institución.
Como se recordará, la mañana del martes, durante su sesión extraordinaria, el Consejo Universitario aprobó el dictamen del acuerdo que establece las bases para el proceso de elección de rector para el periodo 2017-2021, cuya convocatoria se publicará hoy, además de que las jornadas de promoción y comparecencias institucionales de los aspirantes se realizarán a partir del 24 de febrero y hasta el 28 de abril, es decir, 38 días hábiles, ocho días más que el pasado proceso, ello como consecuencia del crecimiento institucional.
El rector Jorge Olvera García hizo un llamado para que, durante este proceso, la comunidad se distinga por el respeto al Derecho y a la legislación universitaria, ello con la finalidad de que sea un ejercicio democrático basado en principios y valores.
En esta sesión, el abogado general de la UAEM, José Benjamín Bernal Suárez, presentó el acuerdo estudiado, analizado y discutido por la Comisión de Legislación Universitaria, mismo que contiene los fundamentos legales y, por primera vez, aspectos innovadores que fortalecerán la honorabilidad y dignidad de los participantes en el proceso.
El aspirante a ocupar el cargo de rector no deberá haber sido sancionado por la Contraloría Universitaria por causa de responsabilidad administrativa o haber recibido alguna recomendación de la Defensoría de los Derechos Universitarios por la violación o afectación de algún derecho universitario.
Los aspirantes deberán cumplir con los siguientes requisitos: ser mexicano por nacimiento, mayor de 35 años, miembro del personal académico definitivo, título profesional de licenciatura expedido por universidad pública mexicana, tener grado académico de maestría o doctorado y tener por lo menos cinco años ininterrumpidos de antigüedad, entre otros.
De igual manera, deberá contar con constancia de no haber sido sancionado por causal de responsabilidad administrativa expedida por la Contraloría Universitaria y de no haber sido sujeto de recomendación por la violación o afectación de algún derecho universitarios expedida por la Defensoría Universitaria.
Jorge Olvera García pasará a la historia como un rector que recuperó la esencia liberal de esta casa de estudios, algo que se había perdido con el devenir de los años; le regresó con mucha dignidad el papel protagónico que debe tener en asuntos de la vida nacional y que afectan a sectores muy específicos de la sociedad. Su postura frente al clero católico será recordada durante muchos años porque ningún rector había osado, en los tiempos modernos, plantarles cara con una posición muy liberal [sic.].
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Se le está complicando de manera inesperada el espectro a Delfina Gómez Álvarez. Resulta que en redes sociales circula una fotografía donde ella aparece en una campaña política y la leyenda que acompaña a esa foto dice que Delfina fue coordinadora de campaña de José Luis Abarca, el malogrado alcalde perredista de Iguala, involucrado en la muerte y desaparición de 43 estudiantes normalistas de la escuela Normal Rural “Isidro Burgos” de Ayotzinapa.
Claro, como en su momento lo hizo Andrés Manuel, es casi seguro que Delfina negará todo vínculo con este personaje y dirá que ni lo conoce, porque así se les gastan ellos.