IMPULSO/ Filiberto Gallardo
¿Tercera vía?
Poco falta para que el PRI definan quién será su candidato a la Gubernatura, mientras tanto, los nervios siguen a flor de piel entre los aspirantes a la nominación. Ahora que ya es público que en el PAN y el PRD no lograron conciliar intereses y, por ende, no hay coalición entre ellos, algo que en realidad se veía muy difícil pese al esfuerzo de Ricardo Anaya y Alejandra Barrales, pues no pudieron ponerse de acuerdo entre ellos porque cada quien quería poner a un candidato a modo, a Josefina Vázquez Mota en el PAN y a Alejandro Encinas Rodríguez en el PRD.
A ello hay que agregar la dura batalla de los aspirantes mexiquenses que hicieron todo lo posible para evitar la coalición. En el lado del PAN, el influyente diputado Ulises Ramírez utilizó todo lo que tuvo a mano para impedir la unión. También hicieron lo propio José Luis Durán Reveles, Juan Carlos Núñez Armas, Juan Rodolfo Sánchez Gómez y Laura Rojas Hernández, la senadora.
Por el lado del PRD, quien utilizó todo su peso e influencia para evitar la coalición fue Héctor Bautista López, dirigente formal de la corriente Alternativa Democrática Nacional e impulsor del diputado Juan Zepeda Hernández. Pero tampoco querían la coalición Javier Salinas, de la corriente Nueva Izquierda y el propio dirigente estatal, Omar Ortega.
Así que, de esta unión, que finalmente no se dio, dependía en gran medida el nombre del candidato del PRI. Si se hubiese dado la unión, hubiesen buscado al o a la más fuerte. Vistas así las cosas, quizás no sería extraño que la postulación recayera en Alfredo del Mazo, Ana Lilia Herrera Anzaldo o Carlos Iriarte Mercado.
¿Qué pesará más a la hora de tomar la decisión, el posicionamiento, la trayectoria, los resultados, la experiencia, el arraigo, la disciplina?, porque ante el difícil y complicado panorama derivado del aumento a la gasolina, y con la presión de los transportistas que quieren un aumento a las tarifas, ni la disciplina, ni el posicionamiento por sí solos garantizan el triunfo del Tricolor.
Es muy probable que, en el PAN, Ricardo Anaya termine finalmente por imponer su voluntad y sea postulada Josefina Vázquez Mota, la candidata del PAN mejor posicionada “según las encuestas”. Por el lado del PRD, es casi seguro que el candidato sea Juan Zepeda. Con ellos y con Isidro Pastor Medrano como contrapeso, el PRI necesitará un candidato de mucho peso político. Ese candidato podría ser Ricardo Aguilar Castillo.
Aunque en el PRI digan que no les afecta, lo cierto es que la presencia de Pastor le dará otros ingredientes a la contienda electoral. Eso y la aguerrida presencia de Andrés Manuel López Obrador, serán los elementos extraordinarios que le darán sabor a este proceso electoral y allí es donde el PRI necesita un candidato fuerte.
Que pueden ser del Mazo o Iriarte ni duda cabe porque tienen experiencia política, pero el PRI va a necesitar a alguien con otras cualidades que explotar. Y allí es donde pinta Ricardo Aguilar, que podría ser “el caballo negro” de la contienda interna.
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La empresa Gas de Tlalnepantla, instalada en un predio localizado en Tequexquináhuac, se ha convertido en un foco de riesgo para esta zona debido a que en sus inmediaciones han sido edificadas diversas construcciones, una escuela entre ellas, además de que está a un costado de la avenida Reyes Heroles y el Periférico Norte, esta última, principal vía de acceso al Valle de México desde la zona centro del País.
Esta empresa intentó adquirir el predio aledaño al que posee con la intención de extender sus instalaciones, lo que implicaría estar todavía más cerca de la escuela que se encuentra en sus inmediaciones, incrementando así el riesgo, no sólo para los estudiantes, sino para los miles de automovilistas, conductores y pasajeros que a diario cruzan por ambas vías, por lo que el Gobierno estatal tomó la determinación de evitar la expansión y promover firmemente su reubicación.
Estudios de los organismos de Protección Civil señalan que, en caso de un incidente, específicamente, una explosión, la onda expansiva podría alcanzar un radio de 300 metros, dentro de los cuales, 120 son de alto riesgo, considerados como de desastre, los cuales representan en conjunto 282 mil 744 metros cuadrados afectados en caso de accidente.