Julio 16, 2024
Clima
8°c Máxima
8°c Mínima

Síntesis mexiquense

IMPULSO/ E. F. Gallardo Sánchez

Crónico-degenerativas

Han dado en llamarles enfermedades crónico-degenerativas. Según la Organización Mundial de la Salud, son aquellas de larga duración y, por lo general, de progresión lenta. Las enfermedades cardíacas, los infartos, el cáncer, las enfermedades respiratorias y la diabetes son las principales causas de mortalidad en el mundo, siendo responsables de 63% de las defunciones. En 2008, 36 millones de personas murieron de una enfermedad crónica, la mitad era de sexo femenino y el 29% era de menos de 60 años de edad.
En 1991, y como una respuesta ante el alarmante aumento de casos de diabetes en el mundo, la Organización Mundial de la Salud decidió instaurar el 13 de noviembre como Día Mundial de la Diabetes.
En el marco de esta celebración, el Gobierno de la República emitió una declaratoria de emergencia sanitaria por diabetes y obesidad por el grave problema de salud pública que representan estos padecimientos en el país: 11.4 millones de personas padecen diabetes, mientras que siete de cada 10 adultos sufren de sobrepeso u obesidad y uno de cada treas niños presentan dichas enfermedades.
Es la primera vez que se realiza una declaratoria de emergencia sanitaria por una enfermedad no infecciosa. El Gobierno federal desplegará una estrategia de prevención, además de que todos los hospitales públicos del país serán dotados de los insumos necesarios para atender a los enfermos.
De acuerdo A la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición, 42.6 por ciento de los hombres mayores de 20 años de edad viven con sobrepeso y 26.8 por ciento con obesidad; en el caso de las mujeres, ambas enfermedades impactaron en 35.5 y 37.5 por ciento, respectivamente.
Así de grave es el asunto, y lo que son las cosas, mientras eso sucede con los mexicanos, empresas como Coca Cola, Pepsico, Nestlé, Bimbo, Gamesa, Sabritas, entre muchas otras, registran cada año avances impresionantes en sus ventas al consumidor, lo que les representa ganancias impresionantes a costa, claro, de la salud de la población.
Que es un problema cultural, sí, lo es, que al parecer nadie se preocupa por tomar medidas, así lo pareciera, y es el futuro del país el que está en juego porque esta situación está afectando cada vez más a la población infantil porque no existe una regulación que impida la venta de productos chatarra en las escuelas, porque a los padres les es más fácil comprarles a sus hijos una golosina que prepararles un desayuno en forma, como debe ser.
Es hora de que todos los gobiernos, en todos los niveles, y la gente tomen medidas urgentes, de lo contrario, estamos camino a convertirnos en una población enferma, obesa y con graves padecimientos crónico-degenerativos.
+++++
Contra todo lo que la gente piensa y dice, reflejado en las redes sociales y en las pomposas e inútiles encuestas que publican los medios de comunicación, el Partido Revolucionario Institucional se enfila a mantener el poder no sólo en el Estado de México, sino también en el país.
¿Cómo?, podrían rebatirme, si las encuestas dicen que el PRI va muy por debajo en las encuestas y muestreos que se hacen en el ámbito nacional, ¿cómo?, si las condiciones están dadas para que, por primera vez en su historia, se dé la alternancia en el Estado de México; ¿cómo?, si el trabajo del Gobierno federal no ha sido lo más eficiente que los mexicanos deseen.
Estamos metidos casi en el mundo del revés gracias, precisamente, al trabajo de los encuestólogos.
Creo que es cosa de sentido común, me explico, los británicos fueron a un plebiscito para determinar si permanecían formando parte de la Comunidad Europea o si se salían. Con optimismo, el Gobierno convocó a ese referéndum pensando que ganaría el “Sí”. Contra todo pronóstico, sucedió lo contrario, ganó el “No” y los británicos quedaron fuera.
En Colombia, en plena borrachera de entusiasmo por la firma del tratado de paz, el Gobierno convocó a un inexplicable plebiscito para saber si la gente estaba de acuerdo, pensando otra vez con optimismo que la gente diría que sí y la respuesta fue un rotundo no.
En los Estados Unidos, el optimismo decía que ganaría Hillary Clinton contra el belicoso e impreparado Donaldo Trump, los resultados dijeron que la gente prefirió al patán.