IMPULSO/ Félix Morriña
: Terapias para una entidad devastada Parte I
Aprieto los dientes con todas las fuerzas de un convaleciente de lumbalgia, con problemas de colon y demás sistema digestivo y reproductor, mientras intento no descontrolarme por el terrible dolor en los intestinos que me tiene paralizado a media calle.
A tan sólo medio centenar de metros para llegar a casa, el cuerpo no responde. A este dolor se suma el de la columna que me indica movilidad, para que los nervios no se compriman entre las vértebras. Pierdo la mirada en el grisáceo cielo. Sudor frío, aire fresco, nubes amenazando tormenta de verano en el altiplano mexiquense, a dos mil 600 metros sobre el nivel del mar. Alta tensión.
Los que vivimos solos, por decisión propia, tenemos prohibido enfermarnos y cuando eso sucede, el mundo se nos abre bajo nuestro propio eje, como es el caso inmediato de su #ServibaryAmigo #DandyperoPunk #ElCinicoMayor. Ir por la comida, hacer pagos, ir a las terapias de rehabilitación, vamos, cualquier actividad que implique salir a la calle, muchas veces se convierte en un calvario. Es peor quedándose en casa, porque te come el espacio si no estás lo suficientemente preparado, tu casa se puede convertir en tu propia tumba o jardín secreto, todo depende de cómo sepas sobrellevar la situación.
Cuando se tiene la fortuna de tener amigos que te visiten en estos casos, la rehabilitación y reconstrucción integral se vuelve más efectiva y progresiva. La risoterapia es medicina pura, sanadora, tanto como las terapias alternativas a las que me estoy sometiendo, cuyos tutores hacen hasta lo imposible por ayudar a que la psique, la conciencia, el estado emocional, espiritual y físico logren la pronta recuperación de este ente, otrora devastado.
Estoy aprendiendo a perdonarme por acciones contraproducentes, aceptarme en esta necesaria transformación, a fluir, dejar ir, dejarme llevar, a reconocerme entre los múltiples yo que soy, he sido y seré, porque un ente creativo, formado en las bellas artes, no pude dejar de lado el teatro, la danza, la música y demás enseñanzas que le han permitido sobrevivir, para ahora buscar vivir, estar en paz, tranquilo, en calma, viendo hacia dentro y ver lo que no sabía existía. Respiración profunda.